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Hace poco más de cinco años, el 20 de mayo del 2018, prediqué un sermón titulado: LA IGLESIA QUE DIOS DISEÑÓ. Uno de los puntos centrales de ese mensaje está relacionado con el sermón de esta mañana: LA FAMILIA QUE DIOS DISEÑÓ. Ambos, LA IGLESIA y LA FAMILIA, forman parte del plan perfecto de Dios antes de crear al mundo. Y veremos en las Sagradas Escrituras que, sin lugar a duda, Dios desea que Su Iglesia esté conformada por familias completas.
Obvio es entonces que las familias que son parte de LA IGLESIA QUE DIOS DISEÑÓ deben cumplir con el diseño de Dios.
Sin embargo vemos, con gran tristeza y preocupación, que el mundo cada vez más se distancia y pervierte la forma en que Dios diseñó tanto a Su iglesia como a la familia. Podemos ver que satanás se ha dedicado precisamente a engañar, dividir y destruir a las familias para evitar que el plan de Dios para su iglesia tenga éxito.
Podemos trazar a través de las Sagradas Escrituras el plan y el diseño original de Dios para la familia.
En primer lugar, Dios creó al hombre y a la mujer para que fueran un solo ser: “22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Génesis 2:22-24)
El mundo, influenciado por satanás ha adulterado la pureza del matrimonio que Dios estableció claramente que debe ser únicamente entre un hombre y una mujer.
En segundo lugar, el mandato de Dios a los esposos fue el de procrear, algo que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden hacer y, por tanto, están en contra del plan y el diseño de Dios: 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos…” (Génesis 1:27-28)
Y en tercer lugar, también dio un mandamiento específico a los hijos que nacen de manera natural de la unión de un hombre y una mujer: “12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” (Éxodo 20:12)
Siguiendo esta secuencia de la creación veremos que a cada persona Dios le asignó ciertas responsabilidades que deben cumplir de acuerdo con el rol que estén desempeñando. Como esposos, padres o hijos.
En el orden establecido por Dios, vemos que Su plan siempre ha sido el que tanto los papás como las mamás cumplan con la responsabilidad de enseñar a sus hijos todo lo que Dios les va revelando cada día de sus vidas: “5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (Deuteronomio 6:5-9) (Comparar con Salmos 37:5; Proverbios 16:3)
Nada, absolutamente nada de lo que acabamos de leer en las Escrituras ha cambiado ni cambiará. Porque LA FAMILIA QUE DIOS DISEÑÓ debe vivir conforme a este mismo diseño sin alterar nada de ello, a fin de que también LA IGLESIA QUE DIOS DISEÑÓ esté formada por familias que viven conforme al plan divino.
Así que, cuál es la responsabilidad de cada miembro de la familia, con base en el diseño de Dios?
1. EL DEBER SER DE LOS ESPOSOS. En el orden que Dios estableció, queda claro que los varones Dios les ha dado una mayor responsabilidad pues ellos tienen que asegurarse de que su esposa sea fiel y entregada al servicio del Señor, enseñada en la Palabra de Dios, para que ella también participe en la instrucción de sus hijos, y también el padre de familia es el principal responsable de hacer todo lo que sea necesario para que sus hijos amen a Jesús desde muy temprana edad. De esto daremos cuenta a Dios.
“3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.” (1ª a Corintios 11:3)
En este breve versículo vemos que si el padre de familia no está sometido a la Autoridad, Soberanía y Señorío de Cristo, él tampoco podrá gobernar ni a su esposa ni a sus hijos puesto que estará usando “su propia cabeza” (forma de pensar, creencias, etc.) en lugar de pensar con la mente de Cristo. (1ª a Corintios 2:16c)
“22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,” (Efesios 5:22-26)
Estar “sujeta” significa ser sumisa, subordinada, obediente a su marido, siempre y cuando su obediencia no le haga pecar. De esto hablaremos más detalladamente.
En este pasaje también vemos otra similitud entre la iglesia y la familia, ambas deben estar unidas en el vínculo perfecto del amor mutuo. La esposa se sujeta al marido por amor a él correspondiendo así al amor que el marido da a la mujer.
Por último, en lo que respecta a las responsabilidades de los esposos ante Dios, a la mujer se le encarga encarecidamente que se dedique de lleno a guiar a sus hijos en el camino y en el conocimiento de Dios, porque usualmente ellas pasan más tiempo de vida con sus hijos cuando son pequeños. De esto daremos cuenta a Dios.
“12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 13 Porque Adán fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.” (1ª a Timoteo 2:12-15)
“se salvará” = Será preservada, rescatada, librada del estigma de Eva. “engendrando hijos” = Si tiene hijos y su testimonio de fe, amor y santificación (separada para Dios) los lleva al conocimiento de Dios por medio de Jesucristo.
Esta verdad bíblica la examinamos más detenidamente a continuación:
2. EL DEBER SER DE LOS PADRES.
La Palabra de Dios divide las responsabilidades de los padres en tres secciones:
“6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Proverbios 22:6)
“15 La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.” (Proverbios 22:15)
“13 No rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá. 14 Lo castigarás con vara, Y librarás su alma del Seol.” (Proverbios 23:13-14)
“15 La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.” (Proverbios 29:15)
“4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Efesios 6:4)
Podemos discernir de estos breves consejos que si desde temprana edad instruimos a nuestros hijos en el camino de Dios, enseñándoles a amar a Jesús con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas, no tendremos que disciplinarlos con tanta frecuencia.
Incluso, en el uso estricto de estos mandamientos de instruir y disciplinar, está implícito que, si un hijo o hija no reconoce a Jesús como su Señor, será porque sus padres no cumplieron a tiempo y adecuadamente con sus responsabilidades conforme al diseño de Dios. De esto daremos cuenta a Dios.
3. EL DEBER SER DE LOS HIJOS.
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.” (Efesios 6:1-3)
De esta enseñanza no hay mucho que elaborar, es un mandamiento claro. No obedecer a nuestros padres es injusto. Es decir, es pecado. Y, no honrar a nuestros padres nos priva de recibir las bendiciones y las promesas que encontramos en la Palabra de Dios. De esto daremos cuenta a Dios.
Por último, es imperativo tratar acerca de una sola excepción que encontramos en la biblia respecto de nuestra obligación de obedecer, en le caso de la esposa, al marido, y en el caso de los hijos, a sus padres.
“18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. 19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; 20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” (Hechos 4:18-20)
“29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.” (Hechos 5:29)
No podemos permitir que ninguna persona nos “obligue” a pecar. En esas situaciones debemos honrar a Dios antes que a los hombres, a costo de lo que sea.
Si su esposo o su esposa, o su papá o su mamá, o su hijo o su hija influyen para que usted decida no venir al templo los domingos, o no estudiar la biblia o algo que implique desobedecer a Dios, decida obedecer a Dios antes que a nadie más y seguramente Dios honrará su decisión de seguirle a Él antes que a los hombres.
CONCLUSIÓN
Una de las intenciones centrales de este sermón es que nos lleve a analizar detenidamente, con toda humildad y honestidad, qué tan bien estoy cumpliendo mis responsabilidades como esposo, esposa, papá, mamá, hijo o hija. Y descubrir qué me falta hacer para que toda mi familia forme parte de LA IGLESIA QUE DIOS DISEÑÓ porque de no hacerlo, estaré impidiendo que Dios cumpla Su plan no solo en mi vida sino en la de cada uno de mis seres amados. De esto daremos cuenta a Dios.
Algunos de nosotros tenemos que analizarnos en más de uno de estos roles. Somos pareja, papá o mamá y también hijo o hija. Debemos entender que si no cumplo con mis responsabilidades en cada rol, puedo ser parte de la razón por la que algún miembro de mi familia aún no forma parte de LA FAMILIA QUE DIOS DISEÑÓ. De esto daremos cuenta a Dios.
Así que le exhorto, con todo amor, que si algún miembro de su familia aún no es salvo, o es salvo pero no se está congregando, no pierda un instante más. Ore y ruegue a Dios que le use para traer a su ser amado a Cristo, a fin de que todos formen parte de LA FAMILIA QUE DIOS DISEÑÓ y de LA IGLESIA QUE DIOS DISEÑÓ.
“19 Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.” (Santiago 5:19-20)
Pregunta: Puede mi testimonio como pareja, papá, mamá o hijo o hija provocar que algún miembro de mi familia no quiera ser o no esté convencido de que la mejor decisión que puede tomar es ser seguidor y servidor de Cristo?