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¿Qué importancia o qué prioridad le da o qué significa para usted la oración?

Tal vez usted haya escuchado frases como “ora tú” porque tú oras muy bonito o “ora tú” porque a ti sí te oye Dios; o yo no oro porque me da pena, o yo no sé orar. Es interesante ver que discípulos de Jesús tampoco sabían orar pero estaban deseosos de aprender porque entendían que era la mejor forma de comunicarse con Dios Padre, tal como veían que lo hacía Su Hijo Jesús.

1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar…”   (Lucas 11:1)

Este versículo también nos hace entender que existe una “forma correcta de orar”. Y si Jesús les enseñó a sus discípulos a orar es porque para Dios es importante que sepamos orar. Dios quiere que oremos. Él desea que lo busquemos. Quiere escuchar lo que hay en nuestro corazón, en nuestro espíritu y en nuestra mente.

Algunos piensan que la oración es solamente para pedir algo, y por eso no buscan a Dios a menos que se les presente una necesidad o un problema o una oportunidad de tener algo más.

Y en este mismo tema he escuchado a algunos creyentes decir que como Dios ya sabe todo lo que necesitamos, entonces no debemos pedirle nada a Dios en nuestras oraciones y toman como ejemplo este y otros versículos: Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”   (Mateo 6:7-8)

Lo que pierden de vista estos amados hermanos es el contexto del pasaje. Recordemos que Jesús les está enseñando a sus discípulos cómo deben orar. Pero la instrucción NO ES “no pidas nada”. La instrucción ES: “no uses vanas repeticiones como los gentiles” (i.e. los que NO saben orar) “no te hagas semejante a ellos” (i.e. no los imites) Dicho de otra forma, Jesús nos dice que los que NO saben orar, rezan lo mismo una y otra vez y por más “bonito” que suene no deja de ser una vana repetición de frases que no nacen de un corazón entregado y rendido a su Señor.

Por eso tampoco es aceptable delante de Dios Padre repetir las oraciones de otras personas y hacerlas propias ya que sería lo mismo que usar vanas repeticiones pues estamos usando las palabras de alguien más y no las nuestras.

Así que Jesús NO nos está enseñando que no debemos pedir nada cuando oramos, sino todo lo contrario, que aunque Dios Padre sabe de antemano todo lo que le vamos a decir, (Salmos 139:4) Él se agrada de que dependamos y confiemos solamente en Él.

Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”   (Lucas 11:9-10) 

22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”   (Mateo 21:22)

2Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”   (Marcos 11:24)

Y la razón principal por la que debemos pedir a Dios todo lo que creemos necesitar, es porque cuando Él decida concedernos las peticiones de nuestro corazón o, como en la mayoría de los casos, decida darnos algo mucho mejor de lo que pedimos, le alabemos, le adoremos y le agradezcamos por Su Bondad y Misericordia.

13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. (Juan 14:13)

Piensa en esto, el riesgo de no confiar en Dios como el Único Proveedor de “toda buena dádiva y todo don perfecto” (Santiago 1:17) puede provocar que si recibes algo de lo que deseas, creas que lo lograste por tus propios medios, o tal vez se lo agradezcas a la persona que te lo dio. En estos casos, le estarás robando al Gloria a Dios.

Y la otra razón por la que Dios se agrada de que le demostremos nuestra total dependencia y confianza en Él, es porque desea que Sus hijos se gocen por recibir la provisión que nace de la Bondad de nuestro Padre Celestial:

23 En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. 24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.”   (Juan 16:24)

Y aún más, Dios Padre se asegura que las peticiones que lleguen a Él estén en perfecta armonía con Su voluntad:

26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”   (Romanos 8:26-27)

14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”    (1ª de Juan 5:14-15)

¿Cuáles son entonces las instrucciones de Jesús para que aprendamos a orar?

¿Qué es lo que debemos incluir en nuestras oraciones?

  1. Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro …” (Lucas 11:2a)
  2. “santificado sea tu nombre. Venga tu reino. (i.e. Segunda Venida de Cristo) Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Lucas 11:2b)
  3. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” (Lucas 11:3)
  4. Y perdónanos nuestros pecados, …” (Lucas 11:4a)
  5. “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.” (Lucas 11:4b)
  6. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6) {Colosenses 4:2; 1ª a Timoteo 4:4}
  7. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” (Juan 14:14)

Todo esto debe formar parte de nuestras oraciones pero no precisamente en un orden específico porque si nos concentramos en seguir “un orden” en nuestras oraciones, estaremos orando “mecánicamente” y no con nuestro corazón y espíritu.

Si entendemos las instrucciones de Jesús en cuanto a cómo debemos orar, veremos que los siguientes elementos siempre están incluidos:   (Salmos; Juan capítulo 17)

  1. Arrepentimiento, confesión y petición de perdón. (Salmos 66:18; Isaías 59:1-2)
  2. Adoración y Alabanza. (Juan 17:1, 3)
  3. Gratitud por bendiciones recibidas. (Daniel 2:23; Mateo 11:25-26; Juan 11:41)
  4. Intercesión. (Juan 17:9-11; 15, 17, 20)
  5. Peticiones personales. (Juan 17:1, 5, 24)
  6. Gratitud por la respuesta de Dios. (Filipenses 4:6-7)
  7. Todo en el Nombre de Jesús. (Juan 14:14; 16:23)

CONCLUSIÓN

 Entender que nuestro Señor Jesús, con Su sacrificio en la cruz, nos dio acceso directo a Su Padre Celestial, para que podamos hablar directamente con Él y permitirle a Él hablar con nosotros, es más que un privilegio que cada uno de los hijos de Dios debiera estar ansioso de aprovechar.

19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”   (Hebreos 10:19-22)

Finalmente, cuando oramos en voz alta en una reunión, lo peor que podemos hacer, además de incluir vanas repeticiones, es pensar en qué voy a decir para “agradar” a los demás, para que digan que “oro muy bonito” o muy bien. Debo entender que NO estoy hablando a los demás, sino que estoy en la Presencia de Dios Padre para hablar únicamente con Él. Pero tampoco debo buscar palabras elaboradas pensando qué le agradará a Dios que yo le diga, sino llevando a mi mente las palabras que emanan de lo más profundo de mi ser y de mi espíritu.

15 ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.”    (1ª a Corintios 14:15)

 Y ahora que ha escuchado este mensaje: ¿Puede eliminar de Su mente el pensamiento de que “no sabe orar”? Y, ¿Qué importancia o qué prioridad le dará a partir de hoy a la oración? 

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