“ 10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. 12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. 17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.” (Apocalipsis 1:10-18)
El libro de apocalipsis o revelación es quizá el libro más ignorado porque puede ser difícil de comprender. Pero perderse de los tesoros que se encuentran en sus páginas es no conocer algunas de las descripciones más importantes e impactantes que la biblia nos ofrece. Por supuesto que amamos la escena de Jesús en el pesebre, y reconocemos la importancia de Su muerte y Su resurrección, pero Su historia no termina ahí.
El apóstol Juan tuvo una visión celestial del Dios Excelso en todo Su esplendor. Aunque Juan pudo experimentar la amistad de Jesús en la tierra, la visión de Su Señor en Su Gloria le causó gran temor. (vs. 17)
En esta escena en el cielo, Jesús es representado como el Señor de Su iglesia, la cuál es representada por siete candeleros a Su derredor. Él está al pendiente de cada una, perseverando, protegiendo, exhortando y también amonestando si es necesario.
En el capítulo cinco de apocalipsis, Jesús es representado como El Cordero de Dios Quien, como nuestro Sumo Sacerdote, sacrificó Su vida por nosotros (Apocalipsis 5:1-14) Su sangre compró la redención de toda la humanidad en todos los tiempos y lugares del mundo, para que puedan ser ciudadanos de Su Reino. Todo el universo se levanta en adoración y alabanza cuando Cristo es hallado como el Único Digno de poner fina a nuestra era y establecer Su Reino de Justicia. (vs. 13)
Si usted cree en Cristo como Dios, Rey, Señor y Salvador de su vida, estos pasajes hablan acerca de su propio futuro. Imagínese presenciando ambas escenas, viendo a Jesús Exaltado como el Señor y el Cordero de Dios. Las alabanzas descritas en el quinto capítulo de apocalipsis vienen precisamente de las bocas de aquellos que hemos sido salvados por Su Gracia!!!
Si usted es cristiano, permita que esta visión de su futuro en la eternidad llene su corazón de expectación, gratitud, gozo, adoración y alabanza a Cristo, nuestro Dios Excelso sobre todas las cosas!!!