EL PELIGRO DE UN CORAZÓN ENDURECIDO

Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. 10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. 11 Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.”   (Hebreos 3:7-11)

Los hebreos que salieron de Egipto experimentaron pruebas concretas y visibles de la existencia de Dios y de Su compromiso hacia ellos. Aún así, cuando llegó el tiempo para que ellos reclamaran la tierra prometida, endurecieron sus corazones en contra del Señor y rehusaron creer que Él les daría la victoria sobre todos los pueblos que vivían en Canaán. Así que se rebelaron, se resistieron a aceptar las súplicas de Josué y Caleb exhibiendo sus argumentos y justificando su falta de fe.

Dios respondió con dura disciplina: Cuarenta años más vagando en el desierto hasta que toda la gente adulta que le desobedeció cayera muerta. 32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. 33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. 35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán. 36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, 37 aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová.”

(Números 14:33-36)

Dado que Dios le dio una gran importancia a esta lección acerca del desafío de Su pueblo y la medida disciplinaria que Él tomó, el Señor la reiteró en el libro de hebreos. Dios no quiere que la genta repita el error de los israelitas endureciendo su corazón en contra de Sus designios y mandamientos.

El camino hacia tener un corazón endurecido es gradual. Primero empieza a dudar, es decir, escucha pero no acepta todo o una parte de la Palabra de Dios como verdad. En vez de ello, la persona se rebela escogiendo manejar sus asuntos sin considerar lo que el Señor tenga que decir al respecto. Esto significa que ignorará los llamados de su conciencia o justificar su comportamiento anti bíblico; eventualmente, su corazón comienza a calcificarse, a formar una capa impenetrable, y ya no escucha ni le afecta lo que tenga que decirle Dios, a través de Su Santo Espíritu.

Es muy peligroso insistir o aferrarse a vivir a nuestra manera. No sólo provoca que el Señor discipline a aquellos que se rebelan contra Él; Dios también detendrá todas Sus bendiciones y Su dirección, cerrará todas las puertas que nos lleven a buen fin.

Si tomamos en serio la advertencia de Dios de no endurecernos en Su contra, debemos demostrarlo siendo obedientes a Él. Con el tiempo, conforme nuestro corazón crece siendo más suave y receptivo, encontraremos que no nos será posible tomar una equivocada sin ser contristados por Su Espíritu.

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