EL PODER DE LA GRACIA DE DIOS

1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”   (Romanos 5:1-5)

La gracia es uno de los dones más asombrosos de Dios. Nos proporciona todo lo que necesitamos para vivir en perfecta libertad: El perdón de nuestros pecados, la sanación para nuestros corazones, la compañía del Espíritu Santo, y Su aceptación para estar en Su Presencia. Trabajamos, adoramos y disfrutamos de la vida rodeados de Su amor incondicional. Su gracia nos sustenta, nos llena y nos sostiene.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1ª de Juan 1:9) Puesto que todas nuestras faltas han sido perdonadas en respuesta a nuestra confesión , el Señor nos responde no como enemigos, sino como Sus hijos amados. Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Efesios 5:1). Escucha nuestras oraciones, nos habla y actúa siempre en nuestro favor.

El comprender que vivimos bajo la protección de la gracia de Dios nos da:

  1. Seguridad: Nadie puede arrebatarnos de Su mano.  (Juan 10:28-29)
  2. Valor para vivir por Cristo y para Cristo. Nada de lo que alguien haga o diga puede debilitar nuestra fe en Quién es el Señor y en quiénes somos en Él.
  3. Paz: Porque podemos confiar plenamente en Su Soberanía. El Señor está llevando a cabo Su voluntad perfecta, y podemos estar seguros de que nada ni nadie es capaz de frustrar Sus planes cuando cooperamos con Él.
  4. Esperanza: Esta vida es sólo el comienzo. Un día veremos a Jesús cara a cara, seremos perfeccionados como las personas que nos creó para ser, y viviremos con Él en nuestro verdadero hogar para siempre.

Estas cuatro virtudes que recibimos por Su Sola Gracia son todas ellas eternas!

El Señor se compromete a transformar a cada uno de nosotros de acuerdo con Su plan especial para nuestra vida. Incluso Su corrección es una expresión de Su amoroso favor.

Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.” (Hebreos 12:4-8)

Cuando le fallamos a Dios, si vamos a Su encuentro, podemos estar seguros de que Su inagotable gracia nos hará caer de rodillas para buscar la reconciliación que Él siempre está dispuesto y deseoso de concedernos.

 

 

Print your tickets