LA IMPORTANCIA DE ORAR JUNTOS

“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. 10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.”   (Eclesiastés 4:9-10)

Mantener los brazos en alto por un largo período de tiempo no parece ser una tarea muy difícil, hasta que lo intentamos. Sin importar qué tan fuerte seas, eventualmente sentirás como si estuvieras sosteniendo un peso enorme en cada brazo y te será imposible mantenerlos brazos extendidos hacia lo alto por mucho tiempo.

En el libro de Éxodo 17:8-16, encontramos la narración de un evento de guerra entre el pueblo de Israel y los Amalecitas. Moisés estaba orando fervientemente sobre un monte mientras los soldados peleaban en el valle. El pasaje nos dice que, en tanto que Moisés podía mantener sus brazos en alto durante su oración, los israelitas vencían a sus enemigos pero, cuando los bajaba, los israelitas eran vencidos. Al no poder mantener sus brazos en alto por más tiempo, necesitó la ayuda de su hermano Aarón y Hur para que ellos le sostuvieran los brazos en alto.

El Señor nunca esperó que Moisés pudiera cumplir con todo su ministerio el sólo. Del mismo modo Dios nunca dejará solo a ninguno de Sus hijos, no es así como Él opera. Jesús constituyó Su iglesia de tal manera que el mundo entero reconociera a los cristianos por prodigarse amor unos a otros: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:35) Así como nosotros dependemos de Dios absolutamente para todo, de la misma manera, los cristianos dependemos unos de otros para cumplir nuestro ministerio.

Todos necesitamos a alguien como Aarón y Hur, creyentes que puedan sostener nuestros brazos cuando están cansados o débiles y ayudarnos con nuestras oraciones de intercesión ante nuestro Señor. No necesitamos “ayudantes” que reacciones con comentarios juiciosos o rezos con vanas repeticiones. En lugar de ellos, nuestros compañeros de oración deben simplemente estar a nuestro lado y de nuestro lado (empatía) e interceder con y por nosotros.

Pídale a Dios que lo rodee de creyentes quienes puedan con amor, comprensión, compasión, misericordia y discreción, llevar sus oraciones a Dios sin ninguna clase de juicio ni esperando recibir algo a cambio. Si usted no se encuentra en una situación similar a la de Moisés, quizá pueda usted entonces ser ese Aarón o Hur que alguien más necesita.

De modo que, también pídale a Dios que lo guíe hacia aquellas personas que Él sabe que lo necesitan y que apreciarán que usted interceda por ellos.

13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”   (Santiago 5:13-16)

Print your tickets