LAS ETAPAS DE LA VIDA CRISTIANA

por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.”   (Filipenses 1:5-7)

La jornada de vida de cada creyente en Cristo es diferente a la de todos los demás, es única e irrepetible. Sin embargo, algunas etapas de su crecimiento espiritual son comunes a la de todos los hijos de Dios. Por ejemplo:

  • El Señor desea enseñar a los nuevos creyentes Sus principios básicos que serán el fundamento sobre el cual deberán edificarse. Él expresa estas verdades a través de Su Palabra, por medio de otros creyentes y de las circunstancias de la vida.
  • Dios permite que le sirvamos. Somos “creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Efesios 2:10) y serán evidencia de nuestra adoración, intención y determinación de glorificar al Padre Celestial. (Juan 15:8)
  • El Señor nos permite experimentar un sentimiento de “frustración por sabernos malos e insuficientes”. El pecado del orgullo y la vanidad son obstáculos que limitan nuestro crecimiento espiritual. Por lo tanto, nuestro Padre nos lleva a circunstancias en las que nos daremos cuenta de que no podremos lograr nada importante o valioso sin Su divina Gracia y Poder. (2ª a Corintios 3:5)
  • Para hacer realidad nuestra libertad, Dios Padre enfrenta a Sus hijos cara a cara con aquello que los tiene cautivos, esclavizados. Muchos de nosotros cargamos con heridas, miedos, pecados, que nos limitan y nos impiden lograr la victoria por nuestro propio esfuerzo. Al rendirnos a Él y buscar Su perspectiva, Dios es Quien hará las obras que nos llevaran a la verdadera libertad. (2ª de Corintios 12:7-9)
  • El Señor nos enseña como vivir una vida nueva. Nuestra naturaleza pecaminosa ha sido crucificada con Cristo, y la vida de nuestro Salvador se expresa a través de nosotros conforme nos rendimos a la influencia de Su Santo Espíritu.

20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”   (Gálatas 2:20)

Puede reconocer estas etapas al examinar su andar con Cristo? Tal vez pueda identificar alguna área en la que Dios aún necesita trabajar en su vida.

Hay algo que no le permite a Jesús vivir Su vida plenamente a través de usted?

 Ríndase al Espíritu Santo y pídale que le guíe, le fortalezca y le ayude a ser cada vez más como Jesús.

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