Imagine que tiene dos puertas o dos caminos en diferente dirección frente a usted. Al no saber lo que hay detrás de cada puerta o a dónde le llevará cada uno de los dos caminos, pide ayuda, dirección, consejo. Pero después de que aclaran sus dudas, usted decide abrir la puerta que le dijeron que no abriera o decide seguir por el camino que le dijeron que le llevaría a un destino fatal.
Pero, qué sentido tiene pedir instrucciones si no vamos a seguirlas? A este tipo de personas la biblia las identifica como: necios.
“15 El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio.” (Proverbios 12:15)
“12 Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.” (Proverbios 14:12)
Dios nos ha dejado instrucciones claras en Su Palabra y nos ha advertido también el destino al que llegaremos si no somos sabios y tomamos la decisión contraria sabiendo qué puerta Él quiere que abramos y qué camino Él quiere que elijamos.
“13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 7:13-14)
Cuando una persona toma la decisión de rechazar el libertinaje y la forma de vida del mundo o sea, “el camino espacioso”, y se convierte en cristiano, a veces no entiende que al entrar por la puerta estrecha, acaba de elegir vivir y andar en una senda angosta que va siempre cuesta arriba.
“24 El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del Seol abajo.” {Proverbios 15:24}
Pero mientras vamos por el mundo, Dios espera que nos detengamos antes tomar una decisión para buscar Su dirección a través de la oración.
Y la primera condición para poder recibir la dirección de Dios por medio de la oración, es estar limpios de toda iniquidad porque Dios nos advierte que no escuchará ni responderá a nuestras oraciones si estamos en pecado:
“4 Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras.” (Miqueas 3:4)
Por eso, en el instante en que el Espíritu Santo nos recuerde alguna desobediencia, debemos arrepentirnos, confesarnos y suplicar Su perdón. La limpieza de corazón es imprescindible para BUSCAR Y RECIBIR DIRECCIÓN A TRAVÉS DE LA ORACIÓN.
Ahora, Dios ha prometido a todos los que elijan entrar por la puerta estrecha y andar en el camino angosto que no andarán solos ni a ciegas, pues Su Santo Espíritu los guiará dándoles instrucciones claras y el discernimiento necesario para comprender las Escrituras a fin de que tomen decisiones sabias que les aseguren mantenerse dentro de la voluntad de Dios.
“105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Salmos 119:105)
Pero, para poder entender y recibir LA DIRECCIÓN DE DIOS A TRAVÉS de Su Palabra, también es necesario ORAR antes y después de estudiar la biblia:
- Orar antes de estudiar la biblia, prepara nuestro corazón para comprender Su Palabra y para estar dispuestos a escuchar la voz de Dios.
“10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.” (1ª de Samuel 3:10)
- Estudiar la Biblia con expectación, es decir, creyendo de todo corazón que el Señor va a hablarme específicamente a mí.
“4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. 5 Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día.” (Salmos 25:4)
- Nuestro propósito principal debe ser obedecer lo que aprendamos, es decir, SEGUIR SUS INSTRUCCIONES.
“33 Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin.” (Salmos 119:33)
Si no estudiamos las Sagradas Escrituras siguiendo estos pasos, no estaremos debidamente preparados para comprenderlas y, por lo tanto, no recibiremos la DIRECCIÓN DE DIOS para tomar la decisión que está en armonía con Su voluntad y con lo que sólo Él sabe que es lo mejor para nosotros.
CONCLUSIÓN
La vida del cristiano va, como ya lo hemos visto, por un camino muy angosto y siempre cuesta arriba. Jesús sabía que necesitaríamos herramientas para poder mantenernos firmes, caminando sin parar, y sin desviarnos de Su Camino:
“20 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; 22 Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. 24 Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. 25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. 26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.” (Proverbios 4:20-27)
Dios puede y quiere dirigir nuestros pasos por el camino que Él sabe que es el mejor para cada uno de Sus hijos. TODO DEPENDE DE LA ORACIÓN y por ello Jesús enseñó, dio ejemplo y exhortó a sus discípulos y a nosotros a orar en TODO TIEMPO. Porque:
- Cuando oramos, Dios nos escucha y nos responde guiando nuestros pasos. Cuánto tiempo de su oración lo invierte en guardar silencio para poder oír la voz de Dios?
- Cuando estudiamos Su Palabra, Dios nos habla y espera que le respondamos con total sumisión y obediencia.
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.” (Salmo 32:8)
¿Quién guía sus pasos hoy?
¿A quién le pide consejos?
Si no es Dios Quien nos dirige, nos guía y nos aconseja cada vez que tomemos una decisión, iremos irremediablemente al fracaso.