Back to series
- ¿Qué es lo primero que viene a su mente al abrir los ojos cada mañana?
- ¿Qué lugar ocupa Dios en sus pensamientos al despertar?
- ¿Qué es lo primero que Dios quiere que hagamos al permitirnos Él abrir los ojos cada mañana?
Encontramos en la biblia al menos cuatro cosas de las que Dios se agrada que cada hijo Suyo incluya en sus actividades diarias justo al momento de despertar:
1. Orar: “1 Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir. 2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré. 3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.” (Salmos 5:1-3)
Hubo muchas mañanas que por la premura con la que me levantaba y porque no permitía que mis prioridades estuvieran definidas por mi Señor, que me “conformaba” con “rezar” un Padre Nuestro mientras me alistaba para salir a trabajar. Eso provocó que muchos de mis días fueran malos o muy malos.
Si no apartamos tiempo para orar cada mañana y asegurarnos de hablar con nuestro Padre Celestial y rogarle Su cuidado, protección y, sobre todo, su guía y su dirección, no podremos ver Su Mano actuando a nuestro favor.
2. Tener un corazón agradecido: “18Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1ª a Tesalonicenses 5:18)
Si usted se despierta y está enfermo o no tiene trabajo o está experimentando escases o si un ser amado tiene algún problema o padecimiento serio, difícilmente vendrá a su corazón y a su mente el deseo sincero de agradecerle a Dios por estas circunstancias o pruebas por las que Él le está permitiendo pasar. Sin embargo, eso es lo que hace un verdadero creyente, da gracias a Dios en TODO sin importar su situación.
“2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” (Santiago 1:2-4)
Si su día empieza con tristeza, amargura, inconformidad, o cualquier otro sentimiento negativo, de seguro esos pensamientos lo acompañarán a toda hora. Dios tiene un propósito para todo lo que nos sucede y no debemos perder el tiempo tratando de entenderlo, sino aceptarlo con la certeza de que Dios sabe lo que es mejor para nosotros. De ahí nace nuestra gratitud. Así demostramos nuestra fe en Su Sabiduría.
“8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8-9)
“28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28)
3. Buscar la voluntad de Dios: “8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.” (Salmos 40:8)
“25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.” (Salmos 73:25)
“10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.” (Salmos 143:10)
“33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33)
Si nos preocupa y nos ocupa quedar bien con los demás antes que con Dios, si nuestra prioridad es el trabajo, los estudios o las relaciones con otras personas o, peor aún, ganar dinero o tener más riquezas, estaremos caminando en sentido opuesto al que Dios quiere darle a nuestra vida. En cada paso o decisión que tomemos, lo prudente es preguntarle a nuestro Señor si eso que vamos a hacer está en perfecta armonía con sus planes para nosotros.
4. Llenar nuestra alma de amor al prójimo: “30Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.” (Marcos 12:30-31)
“14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.” (Gálatas 5:14-15)
De qué está lleno su corazón al levantarse? Hay algún rencor? Un sentimiento de coraje o malestar contra alguna persona? Hay alguien con quien no quiere encontrarse ese día porque le cae mal? (Salió enojado de su casa?)
Cuando sale a la calle: Puede sentir amor o al menos compasión por cada ser humano que se cruza en su camino o va por ahí criticando y/o evitando a ciertas personas con las que no puede convivir? O pero aún: Hay alguien en su pasado a quien usted no ha perdonado? (Marcos 11:25-26)
Cualquiera de estos pensamientos o sentimientos que permitimos sean parte de nuestra vida serán una carga o un muro que no solo nos privará de la paz, sino que amargará nuestra existencia y ninguna de esas personas podrá identificarnos como cristianos. Esas actitudes, harán que las personas que no vean a Jesús en nuestra forma de ser, pensar y actuar, pierdan lo que tal vez sea la única o la última oportunidad que ellos tengan para alcanzar la salvación.
¿Podrá usted vivir con el sentido de culpabilidad de no haber permitido al Espíritu Santo utilizarle para que Él pudiera salvar un alma a través de usted y de su testimonio cristiano?
CONCLUSIÓN
Cuatro pasos que todo verdadero cristiano debe dar al momento de despertar y ANTES de encontrarse con algún otro ser humano: Orar, Dar Gracias de todo corazón, Buscar la voluntad de Dios, Llenarse de amor por el prójimo.
De estos cuatro pasos, cuáles son parte de su vida diaria? Hay alguno que aún no ha practicado? Si cada día los ponemos en práctica, aunque vengan pruebas o momentos difíciles, tendremos el gozo, la paz, y la certeza de que Jesús está dirigiendo cada uno de nuestros pasos.
Pongamos en orden nuestras prioridades:
Buscar a Dios para agradecerle un día más que nos concede para poder hacer Su Voluntad y para dar Su amor a cada ser humano que Él ponga en nuestro camino.