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20 El Seol y el Abadón nunca se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.”   (Proverbios 27:20)

10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero …   (Eclesiastés 5:11)

Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su deseo no se sacia.”   (Eclesiastés 6:7)

La alegría o la felicidad son emociones humanas, un sentimiento que se produce cuando nos sucede algo que consideramos bueno para nosotros. Y nuestra vida puede estar llena de momentos de alegría o felicidad, pero estos desaparecerán en cuanto suceda algo que nos desagrade. Así que “buscar la alegría o la felicidad” es tiempo perdido porque no son sentimientos perdurables que puedan llenar esa SENSACIÓN DE VACÍO interior.

Para entenderlo mejor podemos decir que la alegría y la felicidad NO son un fin, sino una consecuencia de algo bueno que llega a nuestra vida. El problema de no entender esta realidad es que nos desgastamos intentando “ser felices” para tratar de llenar ese vacío interior y, cada vez que fracasamos en encontrar la felicidad nos frustramos y entonces esa sensación de vacío se hace cada vez más grande.

Lo triste es que la humanidad NO entiende que esa sensación de vacío NO se puede llenar con riquezas materiales, con drogas, con alcohol, con el éxito en el trabajo, porque TODO eso es temporal. Ese vacío tampoco lo puede llenar la ciencia, el conocimiento, la sabiduría humana, las filosofías, la religión, ni siquiera la misma iglesia puede llenar esa sensación de vacío.

Por eso, en las Sagradas Escrituras NO hay un solo versículo que nos invite o nos instruya a buscar la felicidad. Lo que la biblia nos dice que sí podemos encontrar es el GOZO. Y el GOZO, SÍ puede llenar para siempre esa sensación de vacío. Las diferencias entre el gozo y la alegría o la felicidad, son varias:

  • La alegría y la felicidad son momentáneas y pasajeras. El gozo es permanente e inagotable.
  • La alegría y la felicidad se producen como resultado de alguna circunstancia favorable. El gozo NO depende de las circunstancias.
  • La alegría y la felicidad son emociones o sentimientos humanos. El gozo es un fruto espiritual. 
  • La alegría y la felicidad NO pueden producir GOZO. El GOZO sí produce alegría, felicidad, contentamiento, satisfacción, llenura y PLENITUD.

Así que la alegría y la felicidad NUNCA podrán llenar esa SENSACIÓN DE VACÍO de forma permanente. Hay ÚNICAMENTE UNA PERSONA que puede eliminar esa sensación de vacío y Su Nombre es Jesús. Él Es Quien puede hacernos sentir llenos, plenos, completos, satisfechos y gozosos.

17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.                  (Efesios 3:17-19)

Este pasaje dice claramente que para que seamos “llenos de toda la plenitud de Dios es necesario “que habite Cristo por la fe en vuestros corazones.”

Solamente así, la sensación de vacío desaparecerá para siempre.

Ahora, es importantísimo entender que la condición indispensable para que Cristo habite en nuestro corazón es solamente por la fe.

Y la fe, al igual que el gozo, es algo que solamente Dios nos puede dar.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”   (Efesios 2:8-9)

Entendemos entonces que NO hay nada que podamos o que tengamos que hacer para llenar esa sensación de vacío. Solo Cristo puede llenar ese vacío.

Y, el único medio para que Cristo habite en nuestro corazón es creer por fe y confesar que Jesús, Es Dios, Rey, Señor y Salvador de nuestra vida, y que Él Es el Único que puede llenarnos de toda la Plenitud de Dios.

CONCLUSIÓN

Buscar la felicidad, por cualquier medio, hará que nos dejemos llevar por los placeres de este mundo perdido e, irónicamente, esa búsqueda de felicidad producirá todo lo contrario: tristeza, frustración, desolación, enojo, insatisfacción, soledad.

Hay tres cosas que no permiten que seamos llenos de la Plenitud de Dios:

  • El pecado no confesado
  • La falta de arrepentimiento
  • La incredulidad o falta de fe, que también es considerado por Dios como pecado.

Por eso, cuando Jesús empezó su ministerio hacía esta amorosa invitación: 17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”   (Mateo 4:17)

Hoy, Su amorosa invitación sigue siendo la misma.

Él, Jesús, Es el Rey del Reino de los Cielos y hoy te dice: “arrepiéntete de lo que has vivido hasta hoy, pon tu fe en MÏ, y permíteme borrar para siempre esa SENSACIÓN DE VACÍO que hay en tu corazón.”

 

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