EL CARÁCTER DE UN BUEN SOLDADO

1Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.”   (2ª a Timoteo 2:1-3)

En su primera carta a Timoteo, Pablo hace un llamado a todos los creyentes:

12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.”    (1ª a Timoteo 6:12)

Al igual que los cristianos del primer siglo, los creyentes de hoy nos enfrentamos en tres diferentes campos de batalla: la carne, el sistema mundial, y satanás. La metáfora estilo militar que usa Pablo es una buena forma de hacernos entender y recordar que los creyentes debemos estar siempre preparados para las batallas espirituales que nos retan diariamente.   (Efesios 6:12; 1ª de Pedro 5:8)

Es por ello que un buen soldado de Jesús:

1. Debe fortalecerse EN Cristo. El apóstol Pablo siempre supo que el Señor estaba a su lado y le fortalecía durante sus pruebas: 17 Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.” (2ª a Timoteo 4:17)

El Espíritu Santo nos da el coraje y el poder para obedecer los mandamientos de Dios, a fin de que dependamos de Su Fortaleza para así llevarnos a la victoria en contra de cualquier enemigo.

2. Debe impartir conocimiento. La iglesia no solo posee el evangelio de la salvación; también tiene todas las riquezas de la Palabra de Dios. Muchas personas han atendido y escuchado estudios bíblicos y mediante ellos han experimentado a Dios intercediendo y obrando en sus vidas. Guardarnos las enseñanzas divinas solo para nosotros mismos puede dejar a los inconversos en gran peligro y puede privar a otros hermanos en la fe de la sabiduría necesaria para sus vidas.

3. Está dispuesto a sufrir, si así Dios lo decide. Las pruebas, las penas, el privarse de algunas cosas, están incluidos en el campo de batalla, por lo tanto, son también parte de las experiencias en la vida cristiana. Los creyentes tendrán que soportar la adversidad y a veces tendrán que sacrificarse y sufrir penalidades. (vs. 3) Entonces cabría preguntar porqué Pablo le recuerda a Timoteo que debe mantenerse firme y fuerte en el Señor y de encomendar, a comprometer a otros hermanos en la fe a mantenerse fieles en la enseñanza de las verdades bíblicas que él mismo aprendió de Pablo. (vs. 1-2)

En los tiempos de guerra, durante la batalla, un buen líder, como comandante de las tropas, dará a sus soldados un grito de guerra que les dará el coraje y la determinación en sus corazones y les afirmará sus pasos. Pablo también le dio uno a Timoteo: Acuérdate de Jesucristo, …”   (2ª a Timoteo 2:8)

Fue como decirle, conserva en tu mente este pensamiento: ¡Tú estás sirviendo a Señor Omnipotente! Y Él ha prometido que estará junto a ti, compartirá contigo tu sufrimiento, y te sostendrá firmemente a través de las más formidables y difíciles batallas.

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