“⁷ Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. ⁸ No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. ⁹ Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. ¹⁰ Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. ¹¹ El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. ¹² Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. ¹³ Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. ¹⁴ Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; ¹⁵ mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”   (Mateo 6:7-15)

En este único modelo de oración enseñado por nuestro Señor Jesús, nos advierte que Su Padre está en contra, le desagrada y por tanto no escucha los rezos que solo contienen frases que se repiten de forma automática una y otra vez.

Pero si usamos este modelo de oración de forma equivocada, podríamos ser culpables de caer precisamente en aquello que Jesús nos advierte si en lugar de meditar profundamente en cada palabra y en el significado de cada frase, repetimos incesantemente cada línea sin pensar en lo que estamos diciéndole a Dios. Si en vez de ello tomamos el tiempo para examinar cuidadosamente las Palabras de Jesús, encontraremos la forma correcta de orar y transformará nuestra vida de oración.

• ADORACIÓN AL PADRE: (vs. 9) Dios el Padre es en Quien debemos enfocar todas nuestras oraciones. Nunca debemos olvidar el invaluable privilegio que significa el doblar nuestras rodillas en la tierra y al mismo tiempo, estar en la Presencia del Dios Todopoderoso en el cielo.
• SUMISIÓN A SU VOLUNTAD: (vs. 11) Nuestras oraciones deben demostrar un verdadero deseo de alinear nuestra vida con las planes y propósitos de Dios, en vez de intentar que sea Él Quien “se adapte” a nuestros planes.
• PETICIONES POR NUESTRAS NECESIDADES: (vs. 11) La oración también debe ser una declaración de nuestra total dependencia en el Señor, en Su Misericordia, Bondad, Soberanía, Poder y Sabiduría para darnos lo que solo Él sabe que en verdad necesitamos. No olvidemos que Dios se agrada que vengamos a Él a presentarle nuestras peticiones.
• CONFESIÓN DE NUESTROS PECADOS: (vs. 12) Cuando nos arrepentimos y perdonamos a los demás con un corazón sincero, nos mantenemos en armonía con Dios. Pero si guardamos rencores, nuestra relación con Dios se rompe. Dios solo puede responder a nuestras oraciones cuando no hay nada que le estorbe para bendecirnos. La falta de arrepentimiento de nuestros pecados y el no perdonar a los demás sus ofensas, obstaculizan nuestra relación con Dios.
• LIBRARNOS DEL MAL: (vs. 13) Nuestro enemigo es demasiado fuerte para que podamos vencerlo, pero Jesús ya ha obtenido la victoria sobre él.

Jesús termina este modelo de oración tal como lo empezó, con adoración a Dios Padre por Su Reino, Su Poder, y Su Gloria. (vs. 13)

La próxima vez que usted use este modelo para orar, concéntrese en el profundo significado de cada palabra y de cada oración. Después de hacerlo, aprenderá a comunicarse directamente con Dios Padre en la forma que a Él le agrada, manteniendo todo su ser, mente y corazón, enfocado en Él y no en sus necesidades.