EL PODER DE LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN

Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu. Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;”   (Colosenses 1:3-12)

El pasaje de hoy nos presenta a Epafras como un fiel ministro de Cristo para la iglesia local en ciudad griega de Colosas. Es fácil entender que Epafras fue convertido al cristianismo por la labor de Pablo quien lo distingue también como un “consiervo amado”. El evangelio se expandió rápidamente a través de todo Asia Menor. Epafras evangelizó entonces a sus conciudadanos de Colosas y fundó la iglesia local.

Aunque es muy poco lo que se escribe acerca de este hombre de Dios, la carta a los colosenses enfatiza su gran amor y su profundo interés por la iglesia de Cristo:12 Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. 13 Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.”   (Colosenses 4:12-13)

Lo que Pablo pedía a la iglesia no era que incrementara el número de miembros o las ofrendas y diezmos, sino madurez espiritual y conocimiento de la voluntad de Dios. En ese momento de la historia, Epafras estaba en la misma prisión con Pablo: 23 Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús,”  (Filemón 1:23), y no podía desde esa prisión refutar a los falsos maestros que se habían infiltrado en la iglesia de Colosas. Pero el encontrarse lejos de su congregación no significaba que no pudiera encontrar ayuda. La intercesión es un ministerio poderoso. Puede alterar las circunstancias, cambiar la forma de pensar, y traer las verdades de la biblia a la luz. Epafras estaba de rodillas rogando por su iglesia, y Pablo se unió a él en esta oración de intercesión, como podemos leer en Colosenses 1:9-14.

Permitame preguntarle: Tiene usted un corazón apesadumbrado? Se siente desolado y sin tener a quien recurrir para remediar su situación? De ser así, siga el ejemplo de Pablo y Epafras que aún estando dentro de una cárcel, llevaron sus oraciones a Aquel Quien sabe exactamente qué hacer y que además es el Único que tiene el Poder para solucionarlo todo. Después, simplemente descanse en Él y permita que Su Paz llene su mente y su corazón.

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”   (Mateo 11:28)

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