EL PRIVILEGIO DE CONOCER A DIOS

“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol; Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor.”   (Salmos 19:1-6)

No existe mayor privilegio que el de conocer a Dios, y no hay más grande calamidad y tragedia que la que surge de negarse a establecer una relación íntima con Él. Aun así, mucha gente vive su vida apartados de Jesús, y, por esta razón, todos ellos estarán separados de Él por la eternidad.

Mientras estamos en el mundo, tanto los justos (los creyentes) como los injustos (los no creyentes) disfrutan de los beneficios de las bendiciones divinas. (Mateo 5:45), de modo que aquellos que deciden vivir sin Cristo, tal vez por esta misma razón, no pueden imaginarse lo terrible que será la eternidad para ellos al estar apartados de Dios. Mientras que algunas personas deciden ignorar las advertencias de la Palabra de Dios acerca de “las tinieblas de afuera”, “el lloro” y “el crujir de dientes”. (Mateo 8:12; 22:13; 25:30) otras tal vez nunca han escuchado acerca de las buenas nuevas de salvación. De cualquier forma, sabemos que esa excusa no les servirá de nada puesto que la Creación misma ofrece suficiente evidencia de la existencia de Dios, de modo que el incrédulo será el único responsable y culpable por su falta de fe.

18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. ”   (Romanos 1:18-20)

Consideremos el diseño de la naturaleza, la belleza y el orden del universo, todo esto no puede simplemente evolucionar, sino que señala la existencia de Un Ser Supremo, Quien lo ha creado todo para que sus criaturas gocen y disfruten de todas sus maravillas libremente, pero que al mismo tiempo, le adoren y agradezcan todas Sus inmerecidas bendiciones.

Por otra parte, Dios también se revela al ser humano a través de su conciencia.

14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,”   (Romanos 2:14-15)   Incluso las sociedades que no tienen acceso a las Sagradas Escrituras prohíben comportamientos inhumanos como la violación, el asesinato, el robo y la homosexualidad, por citar algunos ejemplos.

Y si todo eso aún no fuera suficiente, también tenemos la revelación de Dios a través de Su Palabra y de la encarnación de Jesús.

” Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?   (Juan 14:7-9)

Cristo, Quien es Dios mismo, se hizo carne. Su vida de perfección demuestra en sí misma el carácter y el corazón de Dios Padre.

Puede usted reconocer la evidencia del Todopoderoso en Su Creación y en la “ley” escrita en su propia conciencia? Busca usted conocer mejor a Dios cada día deleitándose en Su Palabra y en el ejemplo de vida de Jesús?

El Señor desea tener una relación cercana y constante con usted, y le está llamando. Respóndale cuanto antes con un corazón humillado y expectante, y observe cómo Dios se revela en su vida de formas inimaginables.

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