ELEGIR CREER

1Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. … 13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.”   (Juan 3:1-3; 13-21)

La fe cristiana no es algo que obtengamos simplemente porque nacimos de padres creyentes, o porque asistimos a la iglesia. Tampoco podemos lograrlo si nos dedicamos por nuestra cuenta a leer la biblia sin tener nadie que nos ayude a entenderla.

26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. 27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, 28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. 29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. 30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? 31 Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.” (Hechos 8:26-31)

En cambio, lo siguiente debería ser cierto para los creyentes genuinos:

Una comprensión clara del evangelio: Esto es esencial para que una persona crea y reciba las buenas nuevas de Jesucristo. Su muerte en la cruz fue el único sacrificio requerido para quitar nuestros pecados. Dios ofrece Su gracia como un regalo a cualquiera que la reciba.

Una decisión determinada y consciente: La gente no sólo se desliza en el cristianismo; la fe en Jesús debe ser una elección tanto del corazón como de la razón. Los verdaderos creyentes son aquellos que han tomado la decisión deliberada de confiar en el Señor y seguir Sus caminos sin importar las consecuencias.

 Una certeza inamovible sigue a la decisión: Los creyentes deben estar siempre seguros de que su salvación es eterna.

28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.”     (Juan 10:28-29)

 Un símbolo visible de lo que sucede cuando alguien recibe al Salvador: el bautismo: Obedecer esta ordenanza ilustra morir a los viejos caminos y resucitar a una nueva vida en Cristo Jesús. Los creyentes deben dar este paso como una forma pública de identificarse con Su Señor.

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;”   (Mateo 28:19)

Un hombre o una mujer de fe elige rendirse a Cristo, abraza la Palabra de Dios y vive plenamente para el Señor.

Los verdaderos creyentes ya no se confunden a través de las prácticas o ritos de la religión, por hábitos, costumbres, por tradición o por obedecer lo que sus padres o abuelos les enseñaron, sino que adoran a Dios de todo corazón y se regocijan en una relación personal vibrante con el Señor.

Print your tickets