ENTENDIENDO LA VIDA CRISTIANA

11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; 12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; 14 y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. 15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, 17 ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. 18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; 19 pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.”    (Gálatas 1:11-19)

Te has preguntado alguna vez porque algunos al convertirse en cristianos parece que crecieran espiritualmente de forma exponencial al encontrarse en una nueva relación con el Señor, mientras otros sucumben y caen en picada en unas cuantas semanas?

Consideremos qué es lo que hace la diferencia.

Aquellos que han sido cristianos por largo tiempo tal vez olviden que la salvación implica no solo un cambio de estilo de vida, sino también de forma de pensar, de actuar y de entender la vida.

Muy pronto después del encuentro con Jesús en el camino a Damasco, Pablo fue llevado a Arabia por algún tiempo. Antes de que el apóstol pudiera empezar su ministerio, su mente tenía que ser transformada, reprogramada, (Romanos 12:2) así que le era necesario aprender directamente del Señor. De forma similar, los nuevos creyentes que llegamos a la fe con una comprensión equivocada de la fe, necesitamos entender lo que realmente significa la salvación.

Algunos de los términos bíblicos que explican lo que implica ser salvos son:

NACER DE NUEVO: Un nuevo nacimiento, significa una nueva vida. Se refiere también a un nuevo comienzo, nuestra vida pasada no es que simplemente se renueve, sino que es en realidad cambiada por una nueva.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”   (Juan 3:3)

17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”   (2ª a Corintios 5:17) 

VERDADERA CONVERSIÓN: Conversión significa un cambio, como cuando cambiamos dinero de una denominación a otra, o como la energía que cambia de un estado a otro diferente. La vida cristiana debe incluir un cambio radical en el nuevo creyente. 

” porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.”   (1ª a Tesalonicenses 1:9-10) 

RECIBIR A CRISTO: Muy frecuentemente pensamos que la salvación es solamente algo que Dios nos da, pero es mucho más que eso. Cuando alguien confía en Cristo, esa persona le da la bienvenida al Señor para que viva en su corazón.

12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”   (Juan 1:12)

Piensa en cómo pensabas y actuabas antes de conocer a tu Salvador, y compáralo a la forma en que piensas y actúas hoy. ¿En qué aspectos puedes ver un cambio genuino?

Pídele a Dios que te revele áreas en las que la Presencia de Cristo en ti, necesita ser mucho más evidente.

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