EVITE ORAR COMO LOS HIPÓCRITAS

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”   (Mateo 6:5-6)

La gente que se siente incómoda orando en público tiende a citar el pasaje de Mateo 6:6 porque Jesús nos pide que oremos en secreto. Sin embargo el mensaje de Jesús no se refiere solamente al lugar sino a nuestra actitud. Su amonestación no fue para evitar orar en público, sino, para advertirnos que no debemos orar hipócritamente buscando la aprobación de los demás.

Pudiéramos ser muy prontos en responder que nosotros nunca haríamos algo así, pero, en realidad, orar públicamente resulta intimidante para algunos creyentes. Se preguntan cómo sonó o qué les pareció a los demás “su forma de orar”: Habré dicho algo incorrecto? Qué habrán pensado si titubeé en algún momento? Fue mi oración muy larga o muy corta? Usé las palabras correctas? Se me olvidó mencionar a alguien? Debí haber citado algún versículo o pasaje?

Generalmente, nuestro problema tiene que ver menos con tratar de impresionar a otros que con nuestra elocuencia, sabiduría o conocimiento de las Escrituras, es más en el sentido de sentirnos inseguros, ineptos, repetitivos, tartamudos, etcétera. Pero si nos enfocamos en qué les habrá parecido nuestra oración a quienes la escucharon, entonces estaremos orando como los hipócritas porque todo en lo que pensamos es en nosotros mismos y en qué opinan los demás de nuestra oración. Aunque no queramos admitirlo, lo que buscamos es su aprobación a la forma en que oramos.

Pero el Señor nunca nos reclamará por no articular bien las palabras o por usar mala gramática. Él está escuchando solamente la motivación de nuestro espíritu. Si nos expresamos bien o mal no importa si de verdad estamos concentrados de todo corazón en hablarle a Él y no a otras personas. Cuando nos enfocamos en Dios, Su Espíritu se une al nuestro, y aquellos que escuchen nuestra oración serán guiados a una dulce comunión con Él.

La solución para no orar hipócritamente no es abstenerse de orar en público. Ya sea que oremos encerrados en un closet o en un auditorio lleno de gente, debemos recordar siempre que estamos hablando solamente con UNA PERSONA, y que Él se deleita en escuchar las oraciones de quienes son Sus hijos.

NOTA: La biblia dice claramente que Dios no sólo no escucha, sino que además abomina los rezos de aquellos que no son hijos suyos:

“Jehová está lejos de los impíos; pero Él oye la oración de los justos” … “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable”   (Proverbios 15:29; 28:9)

Si usted no ha aceptado a Cristo como su Dios, Rey, Señor y Salvador, no podrá comunicarse con Dios, puesto que solamente Jesús ES el Camino al Padre:

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”  (Juan 14:6)

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,”   (1ª a Timoteo 2:5)

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