FIJANDO NUESTRA ATENCIÓN EN JESÚS

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.”   (Juan 15:4-6)

El pasaje de hoy nos llama urgentemente a permanecer en Jesús. La imagen que usa de Él como la vid y de los creyentes como pámpanos nos ayuda a entender que separados de ÉL nada podemos hacer”. Es posible recibir el regalo de la salvación y de la vida eterna y aún así actuar controlados por nuestros deseos carnales, alejados o separados de Su dirección y de Su Poder. Todos los creyentes de vez en cuando pierden el enfoque en Jesús y andan errantes, pero algunos se han extraviado y han ido tan lejos que les es difícil encontrar el camino de regreso a Él.

Si usted descubre que su corazón es leal a algo o a alguien que no es Jesús, incluyéndose a usted mismo, es vital darse cuenta de ello lo más pronto posible e identificar aquellas actitudes o actividades que los llevan a alejarse de Él. Después, debe arrepentirse, pedir perdón con toda humildad y sinceridad, buscar y encontrar la ayuda y consejos necesarios para hacer a un lado toda clase de desviaciones, inseguridad, deseos mundanos, o cualquier otra cosa o persona que lo haga desviar su atención del Señor Jesús.

Una vez que todo aquello nos estorba ha sido eliminado, fije su atención nuevamente en Jesús leyendo Su Palabra, orando y aprendiendo por medio de mensajes bíblicos, e invirtiendo su tiempo en el compañerismo con otros creyentes quienes lo puedan apoyar en sus luchas. Después de vivir un tiempo alejado de las bendiciones de Dios, puede ser difícil retomar el camino para servir a Dios como Él lo desea y lo demanda de cada uno de sus seguidores. Pero recuerde que aquellos que permanecen en Dios, llevarán mucho fruto!

 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”   (Juan 15:5)

No pierda tiempo. Recuerde la exhortación de Hebreos 12:1: “ … despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante …”

Reconozca todo aquello que le esté impidiendo vivir apasionada y determinadamente a vivir sirviendo y siguiendo a Jesucristo. Seguir Su Plan, confiando en Su Poder, es el único camino y la única forma de encontrar la verdadera y duradera paz y el gozo continuo en su vida.

Pida a Dios Su ayuda y Su dirección y comprométase a hacer todo lo que esté de su parte para concentrarse en hacer Su voluntad, fijando su atención en Jesús.

No hay nada que se pueda comparar a la sensación de estar viviendo la vida en toda su plenitud, cuando permanecemos en Jesús dedicados a producir fruto que de gloria a nuestro Creador.

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”   (Juan 15:8)

 

 

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