LA FAMILIA CRISTIANA DISFUNCIONAL – CAPÍTULO DOS: LOS PADRES A LOS HIJOS

Algunos padres, incluso los que no son cristianos, argumentan que no hay un instructivo para educar a los hijos y eso, no solo es una excusa muy débil para “pretextar” nuestros errores, es también una gran mentira de la sociedad.

No hay absolutamente nada de lo que Dios nos ha hecho responsables para lo cual Dios mismo no nos haya dejado instrucciones claras y precisas. Y la dirección y educación de los hijos, no es la excepción. La mayoría de estas instrucciones Dios las dejó por medio de Salomón, el hombre a quien Dios dio más sabiduría que al resto de los mortales. Solo por mencionar algunos:

24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.”   (Proverbios 13:24)

18 Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo.”   (Proverbios 19:18)

15 La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre. … 17 Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu alma.”   (Proverbios 29:15, 17)

También en no en pocas ocasiones algunos padres cristianos cuando ven que sus hijos, al llegar a la edad adulta, deciden no seguir en el Camino de Dios me han preguntado: “en qué fallamos”? Yo no puedo responder a esa duda, solo les digo que la respuesta está en ellos mismos y la encontrarán si analizan su vida para ver qué tan obedientes fueron en cumplir las instrucciones que Él nos dejó en la biblia:

1.  “Y vosotros, padres, NO PROVOQUÉIS A IRA A VUESTROS HIJOS, sino CRIADLOS EN DISCIPLINA Y AMONESTACIÓN DEL SEÑOR.   (Efesios 6:4)

Es claro que a nadie nos gusta que nos griten. Yo reconozco que me tardé mucho en entender esta instrucción bíblica que nos dice claramente que NO ES NECESARIO GRITARLES a nuestros hijos para que nos obedezcan y que esa forma de tratarlos únicamente provocaba en ellos la ira y el enojo hacia sus padres.

En este mismo versículo vemos que NO ES EN NUESTRO CRITERIO, ni en cómo fuimos educados por nuestros padres o abuelos, ni en lo que los psicólogos o sociólogos o filósofos dicen que debemos formar a nuestros hijos. Es en “disciplina y amonestación” DEL SEÑOR!!! Dicho en otras palabras, la forma en que educamos y guiamos a nuestros hijos es IMITANDO la forma en que Dios mismo guía a Sus hijos. Si usted es de los que dicen: “en mi casa se hace lo que yo mando” o “estas son las reglas en mi casa”, perdóneme, pero está completamente equivocado. Un verdadero cristiano dice: “en mi casa se hace lo que Dios manda.” (Lea Josué 24:15) Si usted se cree más sabio que Dios y decide educar a sus hijos “a su manera”, ciertamente estará malcriando a sus hijos y formando una familia disfuncional.

2.Instruye AL NIÑO en SU CAMINO(i.e. en el Camino de Dios), Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”   (Proverbios 22:6)

Si como padres fallamos en instruir a nuestros hijos cuando son niños y su mente es inocente y pura, para que A LA EDAD MÁS TEMPRANA POSIBLE escuchen y aprendan del amor de Dios que nos demostró enviando a Su Único Hijo a morir por nosotros en la cruz, y asegurándonos que entiendan la necesidad de aceptarlo y confesarlo como su Dios, Rey, Señor y Salvador, muy probablemente cuando crezcan y empiecen a tomar sus propias decisiones, se irán por el camino equivocado.

3. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzasY ESTAS PALABRAS QUE YO TE MANDO HOY, estarán sobre tu corazón; y LAS REPETIRÁS A TUS HIJOS, Y HABLARÁS DE ELLAS ESTANDO EN TU CASA, Y ANDANDO POR EL CAMINO, Y AL ACOSTARTE, Y CUANDO TE LEVANTES. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y LAS ESCRIBIRÁS EN LOS POSTES DE TU CASA, Y EN TUS PUERTAS.”   (Deuteronomio 6:5-9)

Demostrar con nuestra forma de vida y darles a nuestros hijos un claro testimonio de nuestro amor por Dios (que nos vean orar y orar con ellos; que nos vean estudiar la biblia y estudiarla con ellos, que nos vean ser fieles y obedientes yendo al templo cada domingo) hará que ellos también decidan amarle desde muy temprana edad. Esto solo es posible si nuestros hijos ven que nuestra prioridad es amar, obedecer, seguir y servir a Dios por sobre todas las cosas, incluso, por encima de ellos mismos.

Somos los únicos, padre y madre, a quienes Dios les ha dado la responsabilidad y el privilegio de ser los primeros en llevar a nuestros hijos al conocimiento de Jesús. Y será el mismo Jesús Quien nos juzgará por cómo cumplimos o no con ese deber.

Quisiera pedirle que reflexionara profundamente en este último tema:

Al morir, sabemos que no nos llevaremos nada, absolutamente nada. PERO, si lo pensamos bien, Dios nos da la oportunidad de “llevar al cielo” a nuestros hijos, e incluso a nuestros nietos si cumplimos cabalmente con Sus instrucciones respecto a cómo guiar, aconsejar y educar a nuestros pequeños.

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