LA FAMILIA CRISTIANA DISFUNCIONAL – CAPÍTULO UNO – LOS ESPOSOS

Conozco algunos matrimonios en los que la esposa ha sido tan hábil y astuta que le ha hecho creer a su esposo que él es quien toma las decisiones en su hogar. Cuando la mujer toma un rol que no le corresponde, debe entender que está cometiendo un gravísimo pecado no solo por desobedecer el orden establecido por Dios, sino por estar suplantando a Cristo como la cabeza del varón!!! Y, si el esposo lo permite, también está cometiendo un pecado fatal puesto que su desobediencia y su debilidad dará lugar a una familia disfuncional. En estas circunstancias, Dios no puede bendecir a esa familia, sino que tendrá que ejercer Su amorosa disciplina una y otra vez, hasta que ambos, esposo y esposa, vivan de acuerdo con el orden, el diseño, y el pan de Dios para las familias cristianas. Esto es lo que enseña la Biblia:

Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”   (1ª a Corintios 11:3)

22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridoscomo al Señor23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. … 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.”   (Efesios 5:22-24, 33)

  • Cristo es la cabeza de todo varón: y por tanto, todo lo que el varón decida en cada área de su vida debe estar SUJETO en obediencia a la autoridad de Cristo. En el caso en su rol de esposo, el varón debe pedir la dirección de Dios para tomar las decisiones que le ayuden a gobernar su hogar guiado por la sabiduría de Dios y no la suya propia, sin permitirse ser influenciado por su esposa, hijos, ni ninguna otra persona, aunque es válido (y a veces recomendable) buscar el consejo del pastor o algún líder cristiano que lo guíe usando preferentemente la Palabra de Dios y no sus propias experiencias matrimoniales.
  • El varón es la cabeza de la mujer: La autoridad que Dios le confiere al varón está condicionada a que el varón verdaderamente acepte y viva sometido a la autoridad de Cristo sobre él. En un matrimonio cristiano, el varón es quien debe dirigir, gobernar, aconsejar, guiar a su esposa, no al revés.
  • Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor … las casadas lo estén a sus maridos en todo: Estar sujeta no se refiere a ser “esclava”, sino obediente y sumisa ante la autoridad que Dios le ha conferido al varón. La frase “Como al Señor” significa que la mujer tiene que entender y aceptar que todo lo que su esposo le indica hacer es como si Cristo mismo se lo estuviera diciendo puesto que, en un matrimonio funcional, el marido NO tomará ninguna decisión sin antes consultarla con Quien es su Cabeza, esto es Cristo. De modo que TODAS las instrucciones del marido a la mujer provienen directamente de Dios mismo y por ello deben ser obedecidas en completa sumisión.

Ser “la cabeza” implica que se le ha dado la máxima autoridad y responsabilidad sobre las decisiones que se deben tomar. Por tanto, el esposo es quien debe decidir, guiado por Cristo, lo que es correcto en todas las áreas, tanto en el hogar como fuera de él. Y entre esas decisiones, seguramente la más importante, es dónde congregarse como familia para adorar y servir a su Señor. Esta decisión NO le corresponde ni a la esposa ni a los hijos, sino al varón como sacerdote de su familia.

Como otro ejemplo muy frecuente, sé de algunos hogares en los que el varón le ha cedido a la mujer el control con respecto a las finanzas del hogar con pretextos como: “ella es mejor con los números” o “ella es contadora” o “ella tiene más tiempo o más visión que yo”, entre otras excusas. Sin lugar a duda, tarde o temprano, tendrán serios problemas financieros. No se trata de la capacidad, conocimientos o inteligencia de la mujer, se trata de que están negándose a aceptar y seguir el diseño de Dios para la familia. El varón es el único que debe decidir, después de diezmar y ofrendar, en qué se deben utilizar los bienes que Dios le confía, como buen y fiel MAYORDOMO de su hogar.

En resumen:

Si el varón cede a la mujer la toma de decisiones en cualquier área de sus vidas como padre, como pareja, y como familia, estará en franca desobediencia a Dios y por lo tanto, en pecado.

Si la mujer toma las decisiones en su hogar, debe entender que no solo está desobedeciendo a su marido, sino que está suplantando el lugar que le pertenece ÚNICMENTE a Cristo!!! Por lo tanto, una mujer que no acepta su rol en sujeción, sumisión y obediencia a su esposo, está cometiendo un gravísimo pecado.

En estos escenarios, ambos, marido y mujer son culpables de crear una familia disfuncional y de estorbar, limitar, detener o retardar las bendiciones que Dios ha prometido y que Él quisiera derramar en sus vidas.

Dios NUNCA se equivoca. Obedecer Su voluntad SIEMPRE traerá bendición a nuestras vidas, a nuestra unión matrimonial, y a nuestra familia.

 

 

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