LAS BASES DEL DISCERNIMIENTO

“Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.”   (Hebreos 5:11-14)

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.  Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”   (Hebreos 4:12-13)

Discernimiento espiritual significa la capacidad de ver las cosas desde la perspectiva de Dios, por lo tanto, ello requiere que nosotros conozcamos cómo piensa y actúa Él. La Biblia es la inmutable e infalible revelación de Dios mismo. Sin embargo, el Señor no se conforma con simplemente darnos una lista de hechos acerca de Su carácter y su forma de actuar. A través de todas las páginas de las Escrituras, nos ilustra quién es Él y cómo opera en Su Creación.

Aún y cuando la Biblia es un libro antiguo, no es un libro muerto. Siempre ha estado y estará vigente y tan vivo como si Él nos estuviera hablando directamente a cada uno de nosotros, tal como lo hacía con sus profetas en el Antiguo Testamento o, como a sus Apóstoles y discípulos en el Nuevo Testamento. Las historias sucedieron varios siglos atrás, pero los principios revelados y la forma en que se aplican a nuestras vidas, son absolutamente actuales y de máxima relevancia. Es nuestro libro de instrucciones acerca de cómo debemos vivir. Es nuestra guía para tomar decisiones, nos enseña y nos da ejemplos para discernir sabiamente, usando toda clase de situaciones desde Génesis y hasta Apocalipsis.

La Palabra de Dios está activa y es penetrante. Sus palabras no son pasivas. Sino que penetran nuestros corazones y juzgan nuestros pensamientos y actitudes. El hecho de que la Biblia nos confronta con quienes realmente somos a los ojos de Dios, es una de las principales razones por las que algunas personas no desean leerla. Pero el discernimiento personal, el descubrirnos tal como somos, es esencial si en realidad no queremos seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez. Algunos cristianos viven superficialmente, nunca entendiendo por qué reaccionan a ciertas situaciones de la forma en que lo hacen. Pero si nos acercamos a la Palabra de Dios con un espíritu humilde y dispuesto a escucharla, nos hará ver y descubrir nuestras actitudes ocultas y nos revelará nuestros pecados no confesados.

El discernimiento espiritual implica no ver únicamente nuestras circunstancias sino también nuestra propia forma de ser desde la perspectiva divina. ¿Ha aprendido a tomar en sus manos la espada penetrante de las Sagradas Escrituras, o lo ha evitado porque lo hace sentir incómodo? Recuerde, la Palabra de Dios sólo nos corta para extirpar lo que nos hace daño, para luego sanar nuestras heridas.

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