LAS BUENAS DÁDIVAS DE DIOS PADRE

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”   (Mateo 7:7-11)

Algunas de las promesas más generosas de Dios a Sus hijos las encontramos en el pasaje de hoy. No sólo nos da permiso para estar en la Presencia de Dios Padre para llevarle nuestras peticiones, sino que también nos ha prometido contestar nuestras oraciones. Sin embargo, tú podrías pensar: “Si eso es cierto, porqué Él no me ha dado lo que le he pedido”?

La clave para entender este pasaje la encontramos en los versículos 9 al 11: ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

Pensemos como pensaría un padre o una madre. En nuestros tiempos, un hijo pedirá tal vez el videojuego más reciente, pero sus padres saben que un regalo diferente puede ser mejor para él y para su desarrollo. De la misma manera, el Dios que nos creó es mucho más consciente de lo que son nuestras verdaderas necesidades. En Mateo 6:8 leemos: … vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”

Ya sea por nuestra inmadurez espiritual o por las limitaciones de nuestra humanidad, es decir, la forma en que pensamos de nosotros mismos y de lo que creemos que nos hace falta, tal vez pidamos aquello que nos parece bueno y necesario, cuando en realidad no sería lo mejor para nosotros. Pero nuestro Padre siempre nos dará lo que Él sabe que nos producirá un mayor beneficio para nuestra vida.

Las cualidades del carácter de un cristiano, aquel que en verdad está tratando de imitar a Jesús, son de los mejores regalos que Dios nos ha dado, pero estas cualidades se desarrollan a través de las pruebas y problemas que enfrentamos. Tal vez hemos llagado a pensar que Dios nos ha dado una serpiente en lugar de un pez, pero el problema se debe a nuestra falta de entendimiento, comprensión y aceptación de los caminos y razones del Señor, no a Su infinita bondad.

Cuando pienses que Dios no está concediéndote tus peticiones, recuerda que Él es un Padre amoroso, y reflexiona mejor en todo aquello que Él ya te ha dado a lo largo de tu vida. Aunque tardemos años en aprender a ver las cosas como las ve Dios, llegará el tiempo cuando digamos: “Señor, Tú tenías razón. Gracias por darme exactamente lo que en realidad necesitaba y no lo que yo te pedía.”

 

 

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