LAS PROMESAS DE DIOS

¿Qué características debe tener una persona para que confiemos y creamos a sus promesas?

Toda la vida del cristiano descansa y está cimentada sobre la fe en las promesas de Dios para su vida presente y para la eternidad. Podemos confiar en todo lo que nuestro Padre celestial ha prometido porque en Su Palabra encontramos esas características que lo hacen EL ÚNICO DIGNO de absoluta confianza.

Dios es Veraz: El Señor sabe lo que es verdadero y habla honestamente en todos los asuntos. Podemos estar seguros de esto porque Es Santo; no hay pecado en Él. Sus promesas se basan en Su conocimiento infinito y veracidad. También es Omnisciente y no hay nada oculto ante Sus ojos: 12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Hebreos 4:12-13)

Dios es Fiel: 13 Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.” (2ª a Timoteo 2:13) La Escritura compara al Señor con un Pastor. 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas. (Isaías 40:11) Nuestro Padre celestial no vacila en Sus intenciones ni en Su voluntad. Lo que ha planeado, lo hará para asegurar el bienestar de todos Sus hijos: 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28)

Dios es Amor: En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.”   (1ª de Juan 4:9-10)

La máxima demostración del amor de Dios por nosotros se demostró en la cruz. Nuestro Salvador experimentó la ira de Dios contra la iniquidad para que pudiéramos entender cuánto nos ama.

Dios es Todopoderoso: El poder divino creó el mundo y resucitó al Salvador, para que sepamos que Dios tiene la capacidad de llevar a cabo todos Sus planes. Nuestro Padre omnipotente puede y cumple todas y cada una de Sus promesas: reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas.”   (Josué 23:14)

Una promesa es creíble, valiosa, aceptable, solamente si Aquel que promete tiene un carácter confiable y la capacidad de llevarla a cabo. Nuestro Padre celestial es Veraz, Fiel, Amoroso y Todopoderoso. Podemos confiar nuestra vida en Sus promesas, con la certeza de que Él cumplirá todo lo que ha dicho:

19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”   (Números 23:19)

 

 

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