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NUESTRO COMPAÑERISMO CON JESÚS

38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”   (Lucas 10:38-42)

La biblia nos narra esta historia de dos hermanas que estaban ocupadas haciendo los arreglos necesarios para recibir a Jesús en su casa. Al llegar Jesús, María puso toda su atención en el Señor. Mientras tanto, Marta se distrajo en los quehaceres (vs. 40) y en preparar lo que le ofrecerían a Jesús, y le molestó que su hermana no siguiera ayudándole como lo estaba haciendo hasta antes de la llegada del Señor. Podríamos pensar tal vez, que Marta tenía razón. Es decir, si aún había cosas que hacer, su hermana no debería quedarse sentada dejándole todo el trabajo restante a ella. Entonces, leemos la perspectiva de Jesús. Observó que Marta estaba preocupada y molesta acerca de tantas cosas, cuando sólo una era la realmente importante, Jesús dijo que María había escogido precisamente la mejor. (vs.42)

Hay lecciones importantes que podemos derivar y aprender de esta historia:

Primero: Para poder tener compañerismo con Jesús es necesario dedicarle nuestro tiempo, y esto pudiera provocar que tal vez tengamos que dejar algunas tareas sin terminar. Jesús sabía cuán duro habían trabajado ambas mujeres y entendía por qué Marta quería primero dejar todo terminado para después pasar tiempo con Jesús ya sin tener nada más de qué preocuparse. Pero en realidad, la mayor necesidad de ellas era la de dedicarle tiempo al Señor. Ninguna de las tareas pendientes, era tan importante como para perder la oportunidad de estar con Jesús. El enfoque de estas hermanas debió ser el de escuchar, aprender e interactuar con el Maestro.

Segundo: Nuestra decisión de abstenernos de hacer alguna actividad puede ser mal entendida. Marta ciertamente no comprendió la decisión de su hermana. Pero, si decidimos evitar tener tiempo con el Señor, las consecuencias serán aún peores, que si escogemos no terminar “nuestros deberes”. Esto lo vemos en el hecho de que las distracciones y actividades de Marta la llevaron a estar preocupada, estresada y molesta. Al verla tan agitada, Jesús la invitó a escoger un camino mejor, esto es, dedicarle su tiempo a estar con Él.

Crearnos el hábito de tener comunión diaria con Dios es esencial para nuestra salud espiritual. Aún en nuestro trabajo diario, podemos aprender como mantener nuestra conciencia de Su Presencia en cada momento de nuestra vida. Por ello debemos escoger el mejor camino, tal como lo hizo María.

Conectarnos con Dios regularmente, nos ayudará a estar más enfocados en lo que es realmente importante y nos ayudará a distinguir lo que es bueno de aquello que es aún mejor: tener compañerismo constante con Jesús.

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