PERDIENDO EL PASO

Mountain landscape and skyline, 258-1-scaled.jpg

Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén. Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando. Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.”   (1ª de Samuel 13:5-14)

Todo en la vida de Saúl iba bien. Además de ser el hijo de un muy respetado hombre, era bien parecido y era agradable a los demás. Dado que Dios lo elogió para liderar a Israel en tiempos cuando la nación tenía que enfrentar enemigos temibles, se puede suponer que él también era un líder valeroso y carismático. Aún el profeta Samuel estaba impresionado y habló con admiración el día de la coronación de Saúl diciendo: 24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo?”   (1ª de Samuel 10:24)

Pero a pesar de los muchos atributos positivos de Saúl, él perdió el paso muchas veces durante su reinado. Los errores de juicio del rey se debieron mayormente a su orgullo y falso sentido de superioridad. Actuar con torpeza desencadena una serie de errores que conducen al pecado, tal como lo vemos en su desesperado afán de matar a David. (1ª de Samuel, capítulos 18 al 26)

El Señor odia la arrogancia. Cuando las personas tienen “más alto concepto de sí del que deben tener…” (Romanos 12:3), dejan de buscar y confiar en la divina gracia y dirección de Dios para tomar sus decisiones. Terribles consecuencias resultarán de esta errónea forma de pensamiento. Por ejemplo, el rey pensó tanto en sí mismo que ignoró la ley y se atrevió a ofrecer sacrificio en holocausto a Dios, usurpando el lugar del sacerdote Samuel. Saúl pensó que como él era el rey,  tenía la autoridad para hacer todo lo que le viniera en gana. Pero precisamente por su soberbia, rehusó someterse al mandamiento de Dios y provocó con esa actitud, que el Señor le quitara su reinado y se lo entregara a alguien quien sí se sometería a Su voluntad.

El orgullo siempre lleva a las personas a alejarse del camino de Dios. Con cada paso en el sentido equivocado, un individuo se hundirá cada vez más en la oscuridad espiritual. Nada de valor duradero puede encontrarse en ese lugar. Pero el Señor le dará amorosa bienvenida al rebelde que se arrepiente de su soberbia.

Bendiciones y gozo son para aquellos que caminan paso a paso con el Señor.

Print your tickets