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ARREPENTIMIENTO significa: Un cambio de mentalidad que provoca un cambio de comportamiento.
Si no hay ningún cambio en mi comportamiento después de haber reconocido y confesado mi pecado, mi arrepentimiento no fue sincero. Vemos el pasaje central:
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. 3 Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. 4 Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.” (Salmos 51:1-4)
El arrepentimiento genuino incluye varios aspectos:
1. Confesar que he pecado y pedir perdón: No simplemente un “Señor, lo siento por el error que cometí”, más bien, “Señor, he pecado contra el Cielo y contra Ti.” (Lucas 15:18) La confesión es el reconocimiento de la culpa.
2. Entender que el pecado que he cometido es en contra de Dios: David confiesa: “4 Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos…” No quiere decir que David no reconozca que también ofendió a Betsabé y a su esposo, sino que sabe que su pecado fue principalmente y primeramente contra Dios. Pero, el sincero arrepentimiento va más allá.
3. Reconocer la completa responsabilidad por nuestro pecado: David lo confesó así: “3 Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.” David no razonó con Dios para buscar una excusa y tampoco acusó a Betsabé de bañarse en la terraza de su casa. De hecho, nunca la mencionó en su confesión de pecado.
Si verdaderamente nos arrepentimos de nuestro pecado, aceptaremos la responsabilidad sin considerar las circunstancias, o si alguien más estuvo involucrado. Sin importar la naturaleza o el origen de la tentación, nosotros y nadie más, somos quienes tomamos la decisión de pecar.
4. Honestidad: Siempre que tratemos de ocultar o justificar la culpa por nuestro pecado, el arrepentimiento estará incompleto. No podemos fingir estar arrepentidos delante de Nuestro Padre Celestial. Él ve nuestro corazón y espera que seamos honestos acerca de nuestras debilidades. Mientras seamos honestos delante de Dios, Él podrá continuar trabajando en nosotros para perfeccionarnos.
Por último es prudente considerar lo siguiente: Qué sucede cuando tardamos en arrepentirnos? Cuando posponemos el momento para pedir perdón? Hay alguna consecuencia?
Cuando David cometió adulterio con Betsabé, no se arrepintió de inmediato. Fue hasta que el profeta Natán lo confrontó (2ª de Samuel 11 y 12) cuando David se dio cuenta del gran pecado y daño que había causado. La disciplina de Dios fue muy severa y parte de la razón fue el tiempo que David intentó mantener oculto su pecado y trató de “remediarlo” cometiendo otros pecados aún más graves.
“27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mateo 5:27-28)
La medida de la disciplina de Dios es directamente proporcional al tiempo que tardamos en arrepentirnos y confesamos nuestro pecado.
La disciplina de Dios tiene como objetivo el hacernos volver a Su Camino, cambiar de rumbo y decidir obedecerle. Así que, si reconocemos, nos arrepentimos y confesamos nuestro pecado prontamente, la disciplina de Dios no tendrá que ser tan severa. Pero, si nos tardamos en arrepentirnos y confesar nuestro pecado, más nos alejaremos de Dios y eso provocará que la disciplina de nuestro amoroso Padre celestial tenga que ser más severa para hacernos regresar a Su Camino.
“Los que son sabios, se arrepentirán prontamente.”
Por otra parte sobre este mismo tema, sabemos que los no creyentes NO se arrepienten de sus pecados. Sin embargo, Dios los llama al arrepentimiento. Pero: ¿De qué deben arrepentirse los no creyentes?
“17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 4:17)
Las personas que aún no son cristianas necesitan arrepentirse, es decir, cambiar su mentalidad acerca de lo que creen acerca de Jesús. (Hechos 2:22-36) Tienen que aceptar y confesar que Jesús Es Dios y que Su Padre lo “levantó de los muertos”, y que vive para interceder por nosotros y llevarnos al cielo.
“38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38)
“46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.” (Lucas 24:46-47)
En estos versículos encontramos otra verdad. El arrepentimiento y la fe están íntimamente relacionadas entre sí, tanto que no se entiende lo uno sin lo otro. El arrepentimiento se enfoca en cambiar la mentalidad acerca de nuestra concepción de Quién Es Jesús. La fe se enfoca en aceptar como verdad absoluta todo lo que Jesús dice de Sí Mismo. El arrepentimiento nos lleva a la fe y la fe llega a nosotros por el arrepentimiento y la confesión.
CONCLUSIÓN
No es verdadero el arrepentimiento que no lleva a la fe en Jesús y no es verdadera la fe en Jesús que no está precedida por el genuino arrepentimiento.
C.H. Spurgeon
El verdadero arrepentimiento odia el pecado, no tanto por el castigo que conlleva, odia el pecado sobre todo porque ha descubierto y sentido el amor de Dios.
William Mackergo