Back to series

Algunos creyentes cuando se les explica que al aceptar a Cristo como su Salvador y que nadie puede hacer que pierda la vida eterna actúan como si ya no fuera necesario hacer nada y se olvidan de que Jesús pagó con Su Sangre nuestra libertad, es decir, nos redimió, nos compró para Él, éramos esclavos y nos hizo siervos suyos para ahora ser ÉL nuestro Dueño y Señor.

1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, {Cf. Romanos 6:1-11, Gálatas 2:20} y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.”   (Colosenses 3:3-4)

Si realmente entendiéramos el sentido de la palabra “siervo” nos despertaríamos cada mañana preguntando: Señor, qué tareas quieres que haga para ti hoy?, y no nos iríamos a dormir sin antes haber cumplido esas tareas que nos fueron encomendadas y sin esperar nada a cambio sabiendo que nuestra recompensa la recibiremos en el Cielo.

¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. 10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”  (Lucas 17:7-10)

Así que veremos varios pasajes en la secuencia indicada para poder comprender que es lo que Dios espera de Sus hijos en cuanto a HACER O DEJAR HACER una vez que hemos sido salvados y redimidos por Su Hijo.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”   (Efesios 2:8-10)

En este pasaje vemos que primero es la salvación y después las obras indicando claramente entonces que las obras NO son el medio para lograr la salvación, sino que las obras se dan como resultado de nuestra salvación. Primero somos salvados por gracia y fe, y luego Jesús nos dirá qué hacer. Es como si Dios tuviera una lista de “buenas obras” que Él “preparó de antemano” y que espera lograr hacer a través de nosotros. Y esa lista de “buenas obras” es la que Jesús usará para evaluarnos en el examen final que presentaremos ante el Tribunal de Cristo.

10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.”   (2ª a Corintios 5:10) {Cf. Romanos 6:7}

Notemos que al comparecer ante nuestro Supremo Juez no seremos nosotros juzgados puesto que es Él Mismo Quien nos ha justificado, es decir nos ha “hecho o declarado justos”, (Romanos 3:24; 5:1, 9; 6:7) sino que lo que Jesús va a evaluar serán las obras. Cuando comparezcamos ante el Tribunal de Cristo, Jesús, como si “calificara” nuestro examen final, revisará la lista de las obras que Él preparó de antemano” para ver cuántas de ellas permitimos que fueran hechas y cuántas no. Y cuáles serán “calificadas” como “buenas o malas”?

11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento (i.e. Cristo) alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” (1ª a Corintios 3:11-15) {Cf. 1ª de Pedro 1:7}

En resumen, lo que debemos entender es que, lo que nosotros hayamos hecho por nuestros propios medios creyendo que sería algo bueno (Por desconocimiento de cuál es Su voluntad y qué es lo que a Él le agrada), Dios lo considerará como algo “malo” (madera, heno, hojarasca) y esas obras serán quemadas y su consumirán para siempre. Mientras que lo que hayamos permitido al Espíritu Santo hacer a través de nosotros (la lista de las obras que Él preparó de antemano) Dios lo considerará “bueno” (oro, plata, piedras preciosas) y al pasarlas por fuego serán aprobadas y recompensadas.

CONCLUSIÓN

Así que esas buenas obras son la prueba de que no nos hemos conformado con haber sido salvados, sino que nos levantamos cada mañana buscado servir a nuestro Señor.

HACER O DEJAR HACER determinará la “calificación” que nuestro Juez Supremo, Jesús, nos dará cuando comparezcamos ante el Tribunal de Cristo en Su Santa Presencia.

Si no lo hemos hecho aún, debemos despertarnos cada día dispuestos a ser usados y DEJAR HACER al Espíritu Santo todas esas obras que Jesús preparó de antemano para que anduviéramos en ellas, a fin de agradarle en todo.

20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”   (Hebreos 13:20-21)

Si Dios te llamara hoy a Su Presencia, donde ya no podrás NI HACER NI DEJAR HACER buenas obras, qué “calificación” crees que te daría en tu examen final cuando comparezcas ante el Tribunal de Cristo?

Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”   (2ª a Timoteo 4:6-8)

Lo que debemos HACER es DEJAR HACER al Espíritu Santo a través de nosotros todas las obras que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

Print your tickets