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NOTAS DEL SERMÓN: INSTRUCCIONES DE DIOS PARA SU IGLESIA – III –
Primero repasaremos las instrucciones de Dios que aprendimos en los dos sermones anteriores: Id a predicar el evangelio, Haced discípulos, Enseñad la Palabra de Dios, Desechar al mundo (santificarnos), Desear como niños aprender las verdades del evangelio, Acercarnos a Cristo, Anunciar las virtudes de Cristo y Mantener nuestra buena conducta.
Todas estas instrucciones nos recuerdan que la iglesia de Cristo debe estar en acción constante pero también firme, sin altibajos ni variaciones. No podemos ser cristianos un día sí y otro día no. (1ª de Juan 2:6) No podemos decir: “hoy no estoy de humor o no tengo ganas de comportarme como cristiano.” O se es o no se es cristiano.
En las instrucciones que estudiaremos hoy esta exhortación toma aún más fuerza. Somos llamados a vivir como obreros aprobados por Dios cada día y en todo momento. (2ª a Timoteo 2:15)
“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. … 11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” (Efesios 4:1-6; 11-16)
La primera instrucción está en perfecta armonía con la última del sermón anterior:
- “que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,” Es decir, que nuestro testimonio sea tan impactante que las personas que nos conozcan quieran buscar a Cristo. Esto aplica tanto dentro como fuera del templo.
La segunda instrucción da inicio a una serie de exhortaciones a aceptar nuestra responsabilidad de asegurarnos que cada uno de los miembros del Cuerpo de Cristo se mantengan fuertemente unidos, edificándose mutuamente y que no seamos causantes de dividir a Su iglesia:
- “soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” Quiere decir: Apoyándonos unos a otros en amor para ser edificados y para ayudarnos a que cada uno comprenda la Palabra de Dios y logre cumplir su ministerio.
- “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” Solícitos significa que “que estemos dispuestos, atentos, listos para actuar, esmerados en asegurarnos que nuestra congregación se conserve unida en el vínculo de la paz.” Nuevamente para ello, es imperativo que tengamos cuidado de no ser los causantes de alguna división en el Cuerpo de Cristo. (Santiago 4:11-12)
- “que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios” La unidad de la fe se refiere a que TODOS profesemos la misma doctrina, que todos entendamos y vivamos las mismas verdades. Esto solo es posible si TODOS estudiamos las Escrituras con la misma intensidad, frecuencia y propósito, el cuál es: Conocer a Dios por medio de Jesucristo. (Colosenses 1:9-10)
- “siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,”. “Seguir LA Verdad, en amor, para crecer en todo”, según el versículo catorce, nos señala la responsabilidad de que si identificamos a algún miembro de la congregación con dudas acerca de alguna doctrina o pasaje de las Escrituras, le ayudemos a “seguir la verdad” a entender correctamente la biblia, a fin de que todos crezcamos en el conocimiento de Quién es Cristo.
- “se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro.” Cada creyente debe cumplir el ministerio al que fue llamado y, con la misma dedicación, hacer todo lo que esté de su parte, invertir tiempo y recursos para ayudar a los demás a fin de que todos nos edifiquemos mutuamente en amor.
CONCLUSIÓN
Otra vez vemos, en todas estas instrucciones, la exhortación a mantener una vida cristiana activa. A participar en los distintos ministerios de la iglesia, a ayudarnos mutuamente, a servir a nuestros hermanos en la fe para que ninguno se quede atrás en cuanto al conocimiento de la Verdad, de la Persona de Cristo y de Su voluntad.
Según este pasaje veamos cuáles son las principales metas que Jesús espera que logremos al obedecer estas instrucciones:
“12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, … 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo … todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
El llamado es el mismo que en los sermones anteriores: Analizar nuestra vida, no la de los demás, para ver cuál o cuáles instrucciones no estamos obedeciendo aún.
Recordemos que cada uno seremos juzgado por nuestro Señor en el Tribunal de Cristo por como participamos o no en la edificación de Su iglesia.
“10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2ª a Corintios 5:10)
“10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” (1ª a Corintios 3:10-15)