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No vamos a repasar cada una de las instrucciones en particular sino la secuencia que lleva esta serie de sermones:

  • Las primeras fueron para la iglesia en sus inicios que requería una intensa actividad tanto del evangelismo, como del discipulado y la enseñanza.
  • Las segundas fueron para que los miembros de la iglesia entendieran que debían separarse del mundo y dedicarse a conocer y servir a Aquel Quien los llamó.
  • Las terceras fueron exhortarnos a participar activamente en la edificación de cada miembro de la congregación y a mantener unida y en amorosa armonía a la iglesia.

En este sermón veremos instrucciones tanto individuales como para la congregación.

13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. … 19 Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.”   (Santiago 5:13-16, 20-21)

La primera instrucción es:

13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará (i.e. sanar, preservar, hacer sentir bien) al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”

En el versículo 13 pareciera decir que no es necesario involucrar a la iglesia si estamos afligidos o gozosos, pero esto no concuerda con las enseñanzas de la biblia:

14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. … 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.”                      (1ª a Corintios 12:14-21; 25-26)

Esta instrucción es imposible de cumplir si ningún hermano de la congregación se entera de la aflicción o del gozo que está experimentando otro hermano.

NOTA: En estos casos, el hermano o hermano no está impedido para ir al templo.

Pero, en el versículo 14 sí se nos instruye para que aquel hermano o hermana que no puede congregarse por estar enfermo o enferma, sea atendido por la iglesia.

Para entender correctamente el contexto del pasaje es importante señalar que la Epístola de Santiago (medio-hermano de Jesús) {Cf. Marcos 6:1-3} es la más antigua del nuevo pacto. (44-49 d.C.; o sea, 15 o 20 años después de la Ascensión de Jesús) Y en esos tiempos todavía se tenía la creencia de que las enfermedades físicas solamente venían como consecuencia o castigo por algún pecado.

Por otra parte, sabemos que Dios tiene el Poder para sanar cualquier enfermedad, ya sea a través de tratamientos médicos o como respuesta a nuestras oraciones y es importante discernir que lo que puede hacer sentir mejor al enfermo es la oración, no la unción con aceite, aunque en esa época el aceite se usaba por dos razones:

  • Para purificar: 

18 Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote expiación por él delante de Jehová.”  (Levítico 14:18)

  • Para proporcionar alivio físico: (Marcos 6:12-13; Lucas 10:34)

12 Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. 13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.”  (Marcos 6:12-13)

34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.”  (Lucas 10:34)

Así que estas enseñanzas estaban en la mente de Santiago mientras escribía la Epístola. Por otra parte, la última porción del versículo 15 se puede malinterpretar, así que es muy importante usar la biblia para entenderlo correctamente. Primero, sabemos que únicamente Dios tiene el Poder para perdonar pecados:

25 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.”   (Isaías 43:25)

De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado,”   (Daniel 9:9)

¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?”   (Marcos 2:7)

No nos toca “forzar” al enfermo para que pida perdón por sus pecados. (Ejemplo de Job) La enseñanza es que si Dios le está disciplinando con esa enfermedad, entonces no sanará hasta que se arrepienta, confiese y pida perdón por sus faltas.

Así que, la instrucción no es la de confrontar al enfermo con sus pecados sino la de confortar al enfermo y orar por él. Para esto es necesario que el enfermo “llame a los ancianos” para que todos los miembros de la congregación oremos por él o ella.

La segunda instrucción es:

16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” 

El Cuerpo de Cristo puede estar “enfermo” si hay conflictos entre algunos miembros. Así que Dios nos instruye a confesar nuestras ofensas y orar unos por otros para que “seamos sanados.” {Cf. Mateo 18:15-17; Mateo 5:21-25} Ambas acciones son de vital importancia para que la congregación se mantenga unida y sana espiritualmente.

La oración eficaz del justo es la oración de un creyente, quien ha sido justificado por Dios y que ora de la manera en que Jesús nos enseñó. La única oración eficaz es aquella en la que el Espíritu Santo es Quien inspira e intercede por quien está orando.

La tercera instrucción es:

19 Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.”

La expresión “se ha extraviado de la verdad” se refiere a una persona que ha conocido la verdad, se ha estado congregando y deja de asistir al templo por causa de alguna diferencia doctrinal o porque ha decidido volver a sus creencias antiguas (apostatar), lo cual lo llevará a vivir en pecado al estar siguiendo una enseñanza contraria a las Sagradas Escrituras. Así mismo, la segunda parte que dice “salvará de muerte un alma” da a entender que la persona en sí no era salva y de ahí que, al alcanzar la salvación Dios, pueda “cubrir multitud de pecados.”

La concordancia con esta interpretación literal se basa en la realidad de que no todas las personas que se congregan son salvos, o sea, verdaderos creyentes:

19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.” (Cf. 1ª de Juan 2:19)

Así que, si alguna persona deja de asistir al templo, se nos instruye a ir a buscarla para que, con la ayuda del Espíritu Santo, le podamos traer nuevamente al Camino del Señor y, al hacerlo volver, Dios le perdone todos sus pecados.

CONCLUSIÓN

Así que, primero se nos exhorta a compartir con nuestros hermanos y hermanas en la fe cualquiera que sea nuestra situación a fin de que todos participemos, ya sea de las aflicciones como del gozo de cada uno de los miembros de la iglesia.

  • La primera instrucción es a velar activamente por los enfermos, especialmente los de nuestra congregación, ir a visitarlos para confortarlos, consolarlos, ayudarlos, suplir sus necesidades y a orar por ellos rogando a Dios para que, si es Su voluntad, les permita recuperar la salud y así puedan volver a asistir al templo.
  • La segunda instrucción es a conservar la paz y la armonía asegurándonos de que nadie se sienta ofendido por mí y que, si alguien me ha ofendido, yo mismo busque la reconciliación para bien del cuerpo de Cristo y que, nuevamente, nadie deje de congregarse por estar en conflicto con otro miembro de la iglesia.
  • La tercera instrucción es a hacer todo lo posible para que, si una persona no creyente ya ha asistido al templo pero deja de congregarse, vayamos a visitarle por si quizá Dios permita que seamos usados para que rinda su vida a Jesús.

Como en los sermones anteriores, pensemos, cuál de estas instrucciones no forma parte activa de mi vida cristiana?

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