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¿Por qué está agradecido el día de hoy?
Todos los días tenemos muchos motivos para mostrar nuestra gratitud a Dios. Sus bendiciones, por muy pequeñas que parezcan no deben ser menospreciadas ni pasadas por alto. Hablando de bendiciones: ¿Tiene usted alguna amistad que le haga estar agradecido con Dios por haberlo puesto en su camino?
En esta era de redes sociales podemos conocer a más gente de la que pudiéramos haber imaginado. Pero entre todos ellos: ¿hay alguna persona que usted esté seguro de que estará a su lado en los buenos y en los malos momentos?
Es importante entender que Dios nos creó a Su Imagen, es decir, con la capacidad de relacionarnos con Él y con los demás seres humanos. Por eso, después de crear a Adán, creó a Eva. Dios no quiso que él estuviera sólo. “18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” (Génesis 2:18)
También Dios nos dejó en la biblia ejemplos de verdadera amistad: David y Jonatán; Daniel, Ananías, Misael y Azarías; Jesús eligió a sus discípulos y después de un tiempo de estar juntos, los consideró Sus amigos. El Señor no quiere que usted ande solo por la vida. No es ese el plan de Dios; no es sano; la soledad es mala consejera.
Sabemos que los amigos son difíciles de encontrar y por ello, suelen ser pocos. Una relación de amistad requiere tiempo, esfuerzo, sacrificio y dedicación de ambas partes.
“17 En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.” (Proverbios 17:17)
“24 El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.” (Proverbios 18:24)
Hoy quiero hablarle acerca de LA BENDICIÓN DE TENER UN AMIGO y compartirle algunas características que necesitamos incluir en nuestra vida para saber ser amigo, y para tener y conservar una verdadera amistad.
- La construcción de una amistad duradera requiere un buen cimiento: Los intereses mutuos son el punto de partida en la amistad, pero el más importante es la relación con Jesucristo como su Salvador. Aunque no debemos aislarnos de quienes no sean cristianos, estos no podrán ser nuestros mejores amigos porque sus valores, principios, planes, deseos, creencias, su forma de entender la vida serán contrarios a los nuestros. Por eso a Dios no le agrada que andemos en los caminos del mundo. Cuando no escogemos bien con quien estar, corremos el peligro de alejarnos del Señor.
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;” (Salmos 1:1)
“14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? “ (2ª a Corintios 6:14-15)
“4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?” (Santiago 4:4-5)
Necesitamos amigos que nos acerquen al Señor, no que nos alejen de Él.
- La amistad debe estar regida por principios bíblicos: En breve diríamos: “Lo que está bien o mal para mí es lo mismo que está bien o mal para mi amigo o amiga” porque ambos nos basamos en lo que Dios dice que está bien o mal. Una de las razones por las que las relaciones terminan es que las personas no usan la Palabra de Dios para guiar sus decisiones.
“8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8)
Dios quiere que en última instancia nos apoyemos en Él, no en otro ser humano, porque solo Él Es Suficiente para satisfacer todas nuestras necesidades, ya sean físicas, materiales, emocionales o espirituales. Si entablamos una relación para satisfacer alguna necesidad, pronto se desequilibrará porque nos apoyaremos con frecuencia en nuestro amigo o amiga para satisfacer nuestras propias necesidades y esto puede provocar que se lastime o se termine esa relación. “Usarse” mutuamente, nunca será sano y esa relación seguramente acabará mal.
- La verdadera amistad se construye sobre la edificación espiritual mutua: Nos animamos unos a los otros, compartimos lo que hemos aprendido de la Palabra de Dios, oramos por y con nuestro amigo. Si él o ella pasa por un momento difícil, lo buscamos para consolarle, ayudarle y apoyarle. Y si Dios bendice a nuestro amigo más que a mí, nos gozamos con él.
“15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.” (Romanos 12:15)
Si vemos que un amigo o amiga se está desviando de la Verdad, dejar que siga por ese camino no es una muestra de amistad. A veces, la edificación toma la forma de una amonestación / exhortación dada en un espíritu de humildad y gentileza.
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” (Gálatas 6:1)
Esto también forma parte de una verdadera amistad.
- Una amistad sólida se basa en la transparencia recíproca: Es imposible cultivar una relación profunda cuando una de las partes se niega a confiar, a abrir su corazón. No se puede construir una amistad con alguien que ha construido un muro tan alto y ancho que nadie puede atravesarlo. El apóstol Pablo tenía este problema con la iglesia de Corinto. Les había abierto su corazón, pero ellos eran muy reservados con él. Así que les suplicó que abrieran sus corazones para poder tener una relación de amistad.
“11 Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado. 12 No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio corazón. 13 Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros.” (2ª a Corintios 6:11-13)
CONCLUSIÓN
Experimentar todas las bendiciones que se disfrutan en una buena amistad le hará estar muy agradecido, tanto por la persona de quien se ha hecho amigo como por la sabiduría y bondad de Dios al unirlos. Veamos como describe Jesús el concepto de amistad:
“12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:12-13)
¿Qué quiso decir Jesús respecto a “poner su vida por sus amigos”?
Si se refiriera a morir por alguien, sólo tenemos una vida así que sería imposible morir por muchos amigos. El apóstol Pablo lo describió así: (Filipenses 2:1-5)
Así que, sin duda alguna, seguir estos cuatro principios bíblicos nos garantizará tener verdaderas amistades que nos llenarán de amor, gozo, paz, seguridad y plenitud. Ese amigo o amiga podría convertirse en una de las más ricas y valiosas bendiciones de Dios en su vida.
- ¿Si conociera a alguien idéntico a usted, desearía o intentaría ser su amigo?
- ¿Qué tendría que cambiar en su vida para que alguien deseara ser su amigo?
- ¿Tiene ya un amigo o amiga que cumpla estos cuatro principios bíblicos?
Mi oración es que encuentre un amigo leal y confiable y que juntos crezcan en su relación con el Señor.