Back to series

Si alguna vez le han robado algo material, entonces conoce la sensación que produce “perder algo que considera suyo”.

Si alguna vez siente que le han robado la paz interior, entonces no ha conocido ni ha tenido ni ha sentido la verdadera paz.

A veces culpamos a las circunstancias o a otras personas de nuestra situación. Pero, si somos sabios, nos daremos cuenta de que no nos han robado la paz, sino que nosotros renunciamos a ella por concentrarnos en nuestros problemas. Sin embargo, el verdadero cristiano no debe reaccionar así.

La biblia enseña que cada creyente ha recibido la paz de Dios en el momento de su salvación y justificación, ya que la paz que proviene de Dios es una virtud que nos es dada como fruto del Espíritu Santo. (Gálatas 5:22)

1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;”  (Romanos 5:1)

Y sabemos que todos los verdaderos discípulos de Cristo que hemos sido reconciliados y unidos al Padre, tenemos la paz incomparable de Jesús, Quien dijo: 27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. (i.e. ausencia de paz)”  (Juan 14:27)

Más adelante Jesús nos dice: 33 Estas cosas os he hablado (i.e. Su Palabra) para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”   (Juan 16:33)

Si usted es creyente y seguidor de Cristo, tal vez se pregunte por qué hay veces en las que no se siente en paz, sino perturbado, inquieto, enojado, con miedo, incertidumbre o hasta frustración. Esto es porque permitimos que las emociones nos inquieten. Pero como para todo lo que sucede en nuestra vida, Dios nos ha dejado instrucciones precisas para recuperar la paz.

” Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.”   (Filipenses 4:6-9)

  1. Clamar a nuestro Padre celestial en oración { Isaías 26:3; Jeremías 33:3}

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6) Todos hemos orado de maneras que aumentan nuestra ansiedad porque nos centramos en el problema en vez de en Dios y en todo lo que ÉL ES y ha prometido hacer.

La oración que medita en las verdades bíblicas sobre el Poder y Amor de Dios es el enfoque correcto. El fruto de tal oración será que 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7) El resultado final es más madurez espiritual, ya que nuestra fe en el Señor se ha fortalecido.

 2. Controlar nuestros pensamientos

Esto es muy importante porque lo que pensamos determina lo que sentimos y lo que hacemos. Pablo nos dice con exactitud en qué debemos enfocar nuestra mente:

8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. … 9 y el Dios de paz estará con vosotros.” (Filipenses 4:8-9)

Ahora, si usted analiza detenidamente esta lista, se dará cuenta de que cada una de estas cualidades describe a Dios, a Su Palabra, y Sus caminos.

Cuando nuestra mente está ocupada pensando en el Señor, las situaciones que nos causan ansiedad disminuyen hasta desaparecer y la paz de Jesús nos llena, sin importar las circunstancias.

Pero si dejamos que nuestros pensamientos se centren en nuestras circunstancias, nuestra confianza en Dios disminuye, y emociones como el temor, el enojo, la frustración y la ansiedad nos dominan y empezamos a dudar de que Dios nos ama.

Incluso podemos pensar que Dios nos ha abandonado, aunque eso es imposible. Entonces nos desesperamos e intentamos solucionarlo todo por nuestros medios. Pero la paz de Dios es un don, no algo que podamos manipular. Y la única manera de recibirla es vivir por fe y en obediencia a Él.

 3. Hacer lo que Dios dice. Aunque suena como algo sencillo, este es realmente el mayor desafío.

9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.”   (Filipenses 4:9)

NOTA: La palabra haced se refiere a una acción continua.

Cada vez que aprendemos algo ya sea estudiando la Biblia o escuchando un sermón, somos responsables de poner en práctica las verdades y principios que aprendemos. No hay manera de que un cristiano viva en rebelión contra Dios y aun así disfrute de Su paz. El pecado siempre trae confusión.

CONCLUSIÓN

 Si usted está esperando a encontrar y sentir paz hasta que el Señor haya resuelto todos sus problemas, nunca lo logrará, porque la paz de Dios no tiene nada que ver con nuestras circunstancias, sino con nuestra fe en Él y en Sus promesas.

Cuando Pablo escribió su carta a los Filipenses, estaba encarcelado de manera injusta en una prisión romana. Y, aun así, no hay una sola palabra de ira, amargura, miedo o ansiedad en toda la carta. Por el contrario, habló de gozo o regocijo 16 veces. ¡Qué fe tan extraordinaria!

sa misma paz que Pablo experimentaba y que sobrepasa la comprensión humana está a nuestro alcance si estamos dispuestos a dar los pasos que Dios nos dejó a través de Pablo en esta carta. Y esa es mi oración por usted.

¿Se aferrará usted a la PAZ DE CRISTO?

¿O seguirá tratando de encontrarla por sus propios medios?

Print your tickets