Back to series

Cuando hablamos de las peticiones que hacemos durante nuestro tiempo de oración, es importante entender lo que sí es correcto pedir y lo que no es necesario pedir. En sus enseñanzas Jesús nos dejó esta instrucción:

25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. … 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”   (Mateo 6:25, 31-33)

Queda claro que Jesús nos promete que si en vez de pedir a Dios lo que Él ya sabe que necesitamos para vivir en este mundo (comida, bebida, techo, vestido) nos dedicamos a “buscar Su Reino y Su Justicia”, todas estas necesidades básicas las recibiremos sin tener que incluirlas en nuestras peticiones de oración, porque Dios ya sabe que son parte esencial para sustentar nuestro cuerpo y vivir.

Luego 7 versículos más adelante el Señor Jesús nos da la siguiente instrucción:

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”   (Mateo 7:7-8)

Acaso habrá una contradicción? Por supuesto que NO! Jesús sabía que en nuestro andar en este mundo, habremos de enfrentar situaciones que requerirán ponernos de rodillas y presentar las peticiones de nuestro corazón ante nuestro Dios. Por ejemplo, si enfermamos pediremos salud, si no tenemos empleo pediremos que nos ayude a conseguir uno, si tenemos algún ser querido que no es salvo, pediremos que Él nos use para llevarlo a los pies de Su Hijo Amado Jesucristo. Y así sucesivamente, encontraremos motivos para presentar nuestras peticiones a nuestro Amoroso Padre.

Y aunque nuestro Dios Omnisciente ya sabe de antemano lo que le vamos a pedir, Él se complace, se goza de ver que sabemos que somos totalmente dependientes de Su Bondad y Su Misericordia para que, cuando Él nos conceda lo que le pedimos, reconozcamos Su Amor por nosotros y doblemos nuestras rodillas y le adoremos y le agradezcamos por habernos concedido las peticiones de nuestro corazón.

Hay un versículo en la Biblia que a veces es utilizado incorrectamente por algunas personas como un vano intento de conseguir de Dios lo que desean. Oran al Señor reclamando la siguiente promesa: “Y Él te concederá las peticiones de tu corazón”. (Salmo 37:4) Pero el contexto de este pasaje revela que hay condiciones que acompañan a esta promesa. Si queremos que Dios nos conceda las peticiones de nuestro corazón, tenemos que obedecer las condiciones que Él ha establecido para cumplir Su promesa:

  1. “Deléitate asimismo en Jehová, …”. (vs. 4) Deleitarnos en alguien significa que nos gusta estar con esa persona, y pasar tiempo con ella escuchándonos mutuamente. Hacemos de esa relación una prioridad y procuramos agradarle con nuestras palabras y acciones. Pensemos ahora en términos de nuestra relación con Dios:
  • ¿Le deleita a usted hablar con el Padre en oración y escucharlo hablarle cuando estudia Su Palabra?
  • ¿Tiene el anhelo de conocerle más plenamente?
  • ¿Piensa en el Señor a menudo durante el día, y encuentra gozo en obedecerle y andar como Él desea?
  1. “Encomienda a Jehová tu camino.”  (vs. 5) Cuando encomendamos nuestro camino al Señor, estamos reconociendo su autoridad para que Él guíe nuestros pasos. Pero, a veces, somos reacios a entregar todo a Dios, porque tenemos miedo de que las cosas no salgan como queremos. Y mientras más fuerte sea nuestro deseo, más resueltos estaremos a manipular las circunstancias para conseguir lo que deseamos. La razón por la que tenemos problemas para consagrarnos al Señor y encomendar a Dios nuestro camino es la falta de fe en Él y en Sus promesas. Creemos que nosotros podemos hacerlo mejor que Él.
  1. “Confía en Él, y Él hará.” (vs. 5) ¿Quién ha demostrado ser más fiel que nuestro Dios? Él nos ha rescatado del pecado al enviar a su Hijo a pagar el castigo que nosotros merecíamos. Nos ha dado Su Espíritu Santo como garantía de nuestra seguridad eterna, y nos ha prometido un hogar en el cielo. ¿Por qué, entonces, dudamos de que Él tenga el mejor plan para nuestra vida? No debemos intentar “ayudar” a Dios sino confiar en que Él tomará la decisión adecuada porque Él siempre hace lo que es mejor.
  1. “Guarda silencio ante Jehová, y espera en Él.”  (vs. 7) David dice que no debemos impacientarnos porque seguramente haremos algo malo. (vss. 1, 7, 8) Si nos impacientamos, es porque estamos en desacuerdo o inconformes con lo que Dios está haciendo o dejando de hacer. La solución está en someter nuestras peticiones y expectativas a Su Misericordia y Su Soberanía. Debemos esperar con paciencia, confiando en Su amor, Sabiduría y Poder.

Si lo que le pedimos está en armonía con la voluntad de Dios, nada impedirá que nos conceda nuestra petición en Su tiempo perfecto. Pero si no es Su voluntad, por mucho que supliquemos, nada hará que Él se “someta” a nuestros deseos y nos conceda las peticiones de nuestro corazón. (NUNCA declares ni decretes!)

CONCLUSIÓN

Entendamos entonces que no es una promesa incondicional que Dios nos concederá cualquier cosa que queramos. No podemos simplemente sacar un versículo de su contexto y reclamar una promesa. Si queremos tener un fundamento seguro para nuestra fe, tenemos que mantenernos en obediencia a toda la Palabra de Dios, buscando el Reino de Dios y Su Justicia.

Cuando deseamos lo mismo que Dios desea para nosotros, el Padre nos concederá las peticiones de nuestro corazón.  (Juan 9:31; 1ª de Juan 5:14)

Escuche, Su camino es siempre el mejor, y usted nunca tendrá que lamentarse de haberse deleitado en Su Palabra, encomendado a Él su camino, confiado en que Él le dará lo mejor, y esperado pacientemente a recibir Su respuesta con la certeza de que esta llegará en el momento justo y de manera perfecta y completa.

¿Cumple usted los requisitos para que Dios le conceda las peticiones de su corazón?

Print your tickets