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Qué son los mandamientos y para qué nos los dejó Dios por escrito?

En ellos Dios nos dice lo que para ÉL es bueno y aceptable, y lo que ÉL espera que NO hagamos. Estos mandamientos deben entonces regir y controlar todos nuestros actos.

1 Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, , tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres. Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazóny las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantesY las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojosy las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”   (Deuteronomio 6:1-9)

En este pasaje Dios nos ordena que “enseñemos” y “pongamos por obra” todos Sus mandamientos y nos dice que los padres y abuelos somos los únicos responsables ante nuestro Creador de que nuestros hijos y nuestros nietos también los conozcan, los entiendan y los obedezcan.

Estos mandamientos están en los libros que se conocen como el Pentateuco o La Ley de Moisés. Y en el Nuevo Testamento varios escritores, e incluso Jesús mismo se refieren a ellos como: “La Ley”. (No solo los 10 mandamientos, sino todos)

Pero he escuchado a algunos creyentes decir que como los mandamientos están en el Antiguo Testamento no estamos llamados a obedecerlos. Dicen “no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia.” (Romanos 6:14) Pero hay dos verdades indiscutibles que echan por tierra esta excusa:

  1. Primera: La biblia es en sí misma UN solo libro, compuesto de 66 cartas y TODAS fueron escritas por Dios. (2ª a Timoteo 3:16-17; 2ª de Pedro 1:19-21) Por lo tanto, no podemos escoger qué libro, pasaje o versículo queremos obedecer.
  2. Segunda: Jesús mismo declaró que ÉL vino al mundo a cumplir TODA LA LEY.

17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.”   (Mateo 5:17-19)

Y así como Jesús durante toda su vida cumplió todos y cada uno de los mandamientos, y enseñó con Su ejemplo a Sus discípulos cómo cumplirlos, así espera Dios que nosotros también lo hagamos. En este mismo sentido, es muy notorio que la mayoría de los que nos llamamos cristianos sabemos que los mandamientos deben obedecerse, pero, cuando se habla del tercer mandamiento o de los diezmosy ofrendas, entonces usamos toda clase de argumentos para decir que no es pecado dejar de asistir al templo cada Día del Señor, ni dejar de diezmar y ofrendar.

Por otra parte, hay muchos versículos que demuestran que Jesús nunca desobedeció estos mandamientos, puesto que, de haberlo hecho, hubiera pecado. Por ejemplo:

Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba;”   (Lucas 6:6)

{Cf. Mateo 4:23; 9:35; 13:54; Marcos 1:21; 6:2; Lucas 4:15-16, 31; 13:10; Juan 6:59; 18:20}

Debo aclarar que no estoy hablando de que debemos concentrarnos en tratar de obedecer todos los mandamientos para poder ir al cielo, porque eso es imposible.

20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”   (Romanos 3:20)

10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.”   (Cf. Santiago 2:10)

Sino que debemos concentrarnos en permitir que el Espíritu Santo nos ayude a ser obedientes y a seguir y servir a Cristo como nuestra única meta en la vida.

El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”   (1ª de Juan 2:6)

Así que, muchos podemos decir que somos cristianos sin serlo verdaderamente. Dios espera que, por nuestros hechos, nuestras actitudes, comportamiento, forma de hablar, por nuestro testimonio, los que nos conozcan puedan decir que en algo nos asemejamos a Jesús: Alábete el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos.”   (Proverbios 27:2) (Romanos 8:29)

CONCLUSIÓN

Dios espera que usted y yo obedezcamos y enseñemos a nuestros hijos y nietos a obedecer todos los mandamientos que nos dejó en Su Palabra aun estando conscientes que, sin importar cuánto nos esforcemos, nunca seremos suficientemente buenos para ir al cielo al morir. Seguir y servir a Cristo es lo ÚNICO que puede llevarnos a la bendita Presencia de Dios Padre, nuestro Amoroso Creador.

23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. 25 Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? 26 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.”    (Lucas 9:23-26)

La primera verdad nos habla de dejar de vivir para nosotros mismos, la segunda, nos dice lo que significa imitar a Jesús, pero NO es suficiente para ir al cielo. La tercera, verdad nos enseña que esta es la única forma de demostrar que realmente hemos sido salvados y que nos garantiza la vida eterna.

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