Back to series

”Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;”    (Mateo 11:29)

Manso   = (paraÿs) = Sumisión paciente ante la ofensa, libre de malicia y de deseos de venganza.

Humilde = (tapeinós) = Virtud que consiste en el conocimiento y aceptación de las propias limitaciones y debilidades y en vivir conscientemente de acuerdo son esa realidad. La humildad es sinónimo de sumisión y rendición.

NOTA: La palabra “descanso” en este contexto se refiere al reposo eterno de nuestras almas.

  • El ejemplo de mansedumbre que nos dejó Jesús. ( Isaías 53:7)
  • La mansedumbre, al ser fruto del Espíritu, nos hace comprender que no podremos, en nuestras fuerzas, soportar las ofensas sin reaccionar a ello de forma inadecuada.

Pregunta: ¿Qué es todo aquello que consideramos ofensa?

Pregunta: ¿Qué relación tiene todo ello con lo que consideramos nuestro “derecho”?

“Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.”   (Santiago 1:19-21)

“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”    (Santiago 3:13-18)

Lo anterior, aunque también tiene relación con la humildad, está más enfocado al tema de la mansedumbre. Lo siguiente tiene como fin, entender un poco más lo que significa humildad:

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”   (Romanos 12:3)

“Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría.   (Proverbios 11:2)

“Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.”  (Proverbios 16:18)

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”   (Lucas 9:23)

  • Negarse a sí mismo está directamente relacionado con ser manso
  • Tomar su cruz está directamente relacionado con ser humilde
  • No se puede demostrar una sin la otra
  • Ambas actitudes son indispensables para poder seguir a Jesús.

“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”    (Mateo 5:3) {Cf. Isaías 57:15) [Ejemplo: Lucas 18:13]

CONCLUSIÓN

Demostramos humildad cuando conscientemente y de todo corazón aceptamos con gozo nuestras circunstancias y la vida tal como Dios nos la da, y vivimos en real contentamiento cualquiera que sea nuestra situación; así mismo, preferir obedecer los deseos de Dios renunciando a los nuestros, es signo de humildad.

En cuanto a la mansedumbre: ésta es solo posible bajo el absoluto control del Espíritu Santo sobre mis sentimientos, pasiones, emociones y pensamientos. Soy manso cuando renuncio a todo aquello que considero “mis derechos” y desecho mi propio razonamiento y sentido de lo que yo considero justo.

“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;”   (Efesios 4:1-3)

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.”   (Colosenses 3:12-14)

Print your tickets