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El vocablo “Pérgamo” es de donde se deriva la palabra pergamino, ya fue en esa ciudad en donde se empezó a fabricar este material para la escritura.

Y en esta provincia había más templos paganos que en Éfeso. Entre muchos otros, se adoraba a Esculapio, supuesto dios de la terapéutica, representado por una serpiente, el símbolo que usan los médicos en nuestra actualidad. Había un enorme altar para dar culto a Zeus y también fue la primera ciudad en la que se erigió un templo dedicado a la adoración a Augusto César, el emperador romano de esa época.

12 Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: 13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. 15 Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. 16 Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”   (Apocalipsis 2:12-17)

Recordemos que la carta va dirigida al pastor de la iglesia con la intención, como todas las cartas del Nuevo Pacto, de que fueran leídas a la congregación. Jesús se describe como Aquel que tiene la espada aguda de dos filos lo cual no deja duda alguna de Quién Es el Autor de la carta.   (Hebreos 4:12)

  • El reconocimiento: A pesar de estar ubicada en una ciudad pagana a la que Jesús se refiere como aquella donde mora Satanás, les hace ver que Él sabe que la congregación aún retienes mi nombre, y no has negado mi fe a pesar de que le líder de la iglesia, Antipas, había sido martirizado y asesinado por su fe en Cristo.
  • La acusación: 14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam … 15 Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.”

Jesús les reclama que “tenían” entre la congregación a quienes enseñaban falsas doctrinas. Los seguidores de Balaam decían que “no era incorrecto comer cosas sacrificadas a los ídolos, ni cometer fornicación.” (1ª a Corintios 10:19-22) Y los nicolaítas inculcaban su propia doctrina causando divisiones entre los creyentes. La iglesia NO debe permitir que se filtren falsas enseñanzas y, si descubren a alguien intentando enseñar “otro evangelio”, deben expulsarlo de la congregación.   (1ª a Corinitos 5:11-13)

  • La exhortación: arrepiéntete

De qué tenía que arrepentirse la congregación? De convivir con falsos creyentes quienes les incitaban a pecar y a desviarse de la sana doctrina.

17 Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.”   (Romanos 16:17) {Cf. 2a a Tesalonicenses 3:6, 14; 1a a Timoteo 6:3-5; 2a a Timoteo 3:5; Tito 3:10; 2a de Juan 1:10-11}

  • La advertencia: “pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.”

Debemos resaltar contra quienes peleará Jesús. NO es contra la congregación, sino contra aquellos que causan divisiones, porque Jesús siempre es Fiel a Sus promesas y Él dijo que nada ni nadie podría detener a Su Iglesia. (Mateo 16:18) Y, al igual que al final de los tiempos, el arma poderosa que Jesús usará contra sus enemigos será Su Palabra.   (Cf. Apocalipsis 19:15, 21)

La expresión: “vendré pronto” no se refiere a algo “que está por suceder”. Significa “de repente”, “por sorpresa”, “cuando nadie lo espera”. De modo que este evento tendrá lugar al final de los tiempos cuando Jesús juzgará y eliminará a todos sus enemigos en unos cuantos segundos.   (Cf. Apocalipsis 22:7, 12, 20)

  • La promesa: 17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”

Nuevamente notemos que el llamado de Jesús es individual: “El que tiene oído…” “Al que venciere”, pero también es grupal puesto que cada creyente es un miembro del Cuerpo de Cristo. Nuestro Señor Jesús hace tres promesas a aquellos que escuchen y obedezcan Su voz y al que se mantenga firme hasta el fin:

  1. “daré a comer del maná escondido” Jesús se refiere a Él Mismo como el “alimento espiritual” que nos llena para vida eterna y para no sufrir hambre nunca más. (Éxodo 16-31-34; Hebreos 9:4; Juan 6:32-35, 48, 51)
  2. y le daré una piedrecita blanca” Este era un simbolismo que los oyentes de esa época podían entender perfectamente. Se refiere a la costumbre de escribir en una piedrecita blanca los nombres de las dos personas que establecían un pacto entre ellas. En cada mitad de la piedra estaba el nombre de cada uno de ellos. Esta piedrecita se partía en dos, y cuando era necesario validar el pacto, cada uno presentaba su pedazo de la piedra que tenía que coincidir perfectamente con la de la otra persona con quien se había hecho el pacto. El nombre de Jesús estará escrito en una parte de esa piedrecita, y el de cada creyente en la otra mitad de la piedra.
  3. y en la piedrecita escrito un nombre nuevo” Jesús reconocerá a cada creyente por el nombre que Él mismo escogió para él y para ella, un nuevo nombre que está escrito en el Libro de la Vida. (Lucas 10:20; Filipenses 4:3)

 CONCLUSIÓN

La permanencia de la Iglesia de Cristo NO depende de su líder espiritual, pastor, o mensajero, sino de Su Fundador, Jesucristo. Esto toma mayor relevancia cuando pensamos qué sería de esta congregación si el pastor falleciera? Se dispersarían o se mantendrían unidos, firmes o, empezarían a flaquear y a “suavizar” la doctrina. Ciertamente, en una circunstancia así, los ataques de satanás serían cada vez más fuertes y constantes tratando de dividir y destruir a la congregación.

Así que, qué aprendemos de lo que la iglesia en Pérgamo estaba experimentando? Que nosotros también vivimos en mundo pagano, lleno de idolatría, que somos atacados constantemente para renunciar a nuestra fe, y que la única forma de no ser vencidos es tomando la decisión de aprender más cada día de la Palabra de Dios, sin necesidad de que el pastor o alguien más nos exhorte, a fin de estar cada vez más seguros y confiados en que tenemos la Verdad de Dios controlando nuestro corazón. De otra forma, seremos fácilmente engañados por falsos maestros o predicadores.

Es por ello que cada uno de nosotros debemos esforzarnos por cumplir el ministerio al que hemos sido llamados.

11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;  14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”   (Efesios 4:11-16)

En qué ministerio se ve usted trabajando?

A qué ministerio cree que el Señor Jesús le ha llamado?

O acaso pasará toda su vida cristiana conformándose con solamente asistir al templo sin servir a su Señor?

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