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La ciudad de Sardis era muy famosa en su tiempo por dos razones: Exceso de riqueza y de corrupción. Se adoraba a la supuesta deidad de la fertilidad llamada Cibeles o Artemisa. Nuevamente vemos una iglesia rodeada de idolatría y paganismo, como lo están todas las iglesias del mundo actual. La carta que dictó Jesús es esta:

1 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muertoSé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre tiPero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignasEl que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la viday confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángelesEl que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”          (Apocalipsis 3:1-5)

Nuestro Señor Jesús se presenta como: El que tiene los siete espíritus de Dios” Esta frase debe entenderse de acuerdo con lo que dice la biblia el siguiente pasaje:

Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuegolas cuales son los siete espíritus de Dios.”  (Apocalipsis 4:5)

Lo que afirma Jesús es que en Él habita toda la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9), Él Es Dios Soberano y Omnipotente. También vuelve a confirmar que los pastores de cada iglesia, representados por ”las siete estrellas” (Cf. Apocalipsis 1:20) están bajo Su control, Él es Quien elige y llama a cada pastor al ministerio.

  • La acusación: 1Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto… porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.”

Jesús estaba acusando a la iglesia de aparentar ser una congregación cristiana, mientras que “sus obras” demostraban que estaban espiritualmente muertos. Y al acusarles de no haber ”hallado sus obras perfectas” implica que no eran inspiradas por el Espíritu Santo y, por tanto, eran infructuosas y desagradables para Dios.

  • El reconocimiento:Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” Debemos entender estas palabras de forma literal. Jesús reconoce que, a pesar de su pobreza espiritual como congregación, había entre ellos un remanente fiel que no se habían contaminado con las falsas doctrinas, el paganismo y la idolatría que los rodeaba, y que vivían en obediencia y fidelidad a Su Señor, al grado de que Jesús mismo las consideraba “dignas de andar con Él.” Estas acusaciones nos hacen pensar que la congregación no estaba unida como un solo Cuerpo.
  • La exhortación y la advertencia: Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; … Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.”

Jesús usa dos expresiones similares tanto en la exhortación como en la advertencia:

Sé vigilante, … Pues si no velas. La noche que Jesús fue entregado les dijo a Sus discípulos “velad y orad”. (Marcos 13:33) Esta instrucción es para que nosotros estemos atentos como un guardia del Reino de los Cielos que sabe que su Rey puede venir en cualquier instante, sin avisar y de forma repentina, como lo hace un ladrón.43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.”   (Mateo 24:43; Lucas 12:39)

El mandato de Jesús es a afirmar ”las otras cosas que están para morir”, se refiere a aquellas cosas que ellos habían ”recibido y oído.” Es decir, la enseñanza del evangelio, la sana doctrina y las obras derivadas de ella misma, porque de no hacerlo esa iglesia dejaría de existir. Por eso, la parte central de la exhortación es: Acuérdate, (i.e. del verdadero evangelio) … y guárdalo, y arepiéntete.

  • La promesa: 4y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignasEl que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la viday confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángelesEl que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Jesús, al igual que a las otras iglesias, les hace varias promesas que se cumplirán después de la segunda venida de Cristo, cuando estemos en el paraíso:
  1. y andarán conmigo en vestiduras blancas. La primera parte: “andarán conmigo” expresa comunión íntima y personal con Jesús, mientras que la referencia a las vestiduras blancas habla de la pureza y santidad que Dios exige para que alguien pueda estar en Su Presencia, y en seguida Jesús aclara que únicamente El que venciere podrá ser vestido de vestiduras blancas. ( Apocalipsis 7:9, 14)
  2. y no borraré su nombre del libro de la vida.” La expresión “no” es en sí una doble negación, como decir “nunca jamás”, lo que le da énfasis a esta promesa de Jesús que solo podrán reclamar los que se mantengan firmes en su fe y en la doctrina de Cristo, sirviendo a Su Señor hasta su último aliento de vida. { Filipenses 4:3}
  3. y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” 32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”   (Mateo 10:32-33)

El remanente de la iglesia de Sardis estaba bajo intensa presión para que negaran su fe y siguieran las falsas enseñanzas y la idolatría, pero al escuchar esta carta, tendrían que sentirse fortalecidos y con una fe renovada.

Esta promesa significa que “en aquel día” Jesús nos confesará, es decir, nos presentará como Sus hermanos delante de Dios Padre y de Sus ángeles porque Él nos ha hecho dignos para estar en Su Santa Presencia.

CONCLUSIÓN

La última parte de todas las cartas a cada iglesia es lo que Jesús nos sigue recordando y exhortando cada día, no solo los domingos, sino cuando leemos Su Palabra, cuando estamos en oración:  “El que tiene oído… oiga.”

La iglesia de Sardis, según Jesús, estaba muerta espiritualmente, lo que indica que solo se conformaban con asistir al templo, sus obras, o, mejor dicho, el ministerio individual de cada creyente no producía ningún fruto y no hacían ningún esfuerzo por crecer espiritualmente ni por llevar el evangelio a las almas perdidas.

El llamado de Jesús para esta y todas las iglesias es a que “combatamos”, defendamos el evangelio, la sana doctrina, pero no solo de palabra sino con hechos, enseñando la Verdad de las Sagradas Escrituras a todo aquel que Dios ponga en nuestro camino a fin de no ser una congregación “espiritualmente muerta”, una que no produce fruto perdurable que agrade a nuestro Señor.

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”   (Colosenses 1:9-14)

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