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Es verdad que el mundo está cada vez más inclinado al mal y esta realidad nos hace reflexionar en el futuro que enfrentarán nuestros jóvenes y niños, especialmente nuestros hijos, nietos y parientes cercanos. Pero, cuál debe ser la actitud correcta de los cristianos? ¿Cómo espera nuestro Señor que reaccionemos ante lo que el mundo nos presenta? ¿Debemos preocuparnos u ocuparnos del impacto que todo esto traerá a nuestras vidas ya las vidas de nuestros seres queridos?
“3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores. … 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:3-8, 14) {Cf. Amos 1:1 (780 a.C.); Zacarías 14:15}
” 9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. ” (2ª de Pedro 3:9)
Podemos cambiar o controlar lo que sucede en el mundo? NO. Por eso que lo que Jesús espera de sus seguidores, como prueba contundente de nuestra fe en Él, en Su Poder y en Su Palabra, es que, sin importar lo que esté sucediendo en el mundo, no nos preocupemos, sino que estemos constantemente en vela, es decir, ocupados en Su obra, “alimentando a los demás” con Su Palabra:
“42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. … 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. 45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?” (Mateo 24:42, 44-45)
¿De quienes debiéramos ocuparnos más? No solo de aquellos que “son niños” en cuanto al conocimiento de Dios, sino también de los niños, adolescentes y jóvenes que están mucho más expuestos al peligro y a los ataques del maligno. ¿Cómo podemos ocuparnos de ellos? (La Biblia es nuestro instructivo para todo!)
“6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Proverbios 22:6)
“15 La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.” (Proverbios 22:15)
“15 La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.” (Proverbios 29:15)
La biblia es el instructivo perfecto para educar, guiar, alimentar y proteger a nuestros niños y jóvenes. Debemos entonces ocuparnos en que ellos vayan haciendo suyos los versículos bíblicos que les ayudarán a hacer crecer, fortalecer, y alimentar su fe:
“9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. 10 Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. 11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.” (Salmos 119:9-11)
“14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;” (Efesios 6:14-17)
CONCLUSIÓN
La iglesia que fundó Cristo no es una congregación de cristianos independientes, sino de familias. Ese es el diseño, el motivo, el objetivo, el plan de Dios. Como hemos estudiado, satanás siempre trata de destruir los planes de Dios engañando y dividiendo a los creyentes, atacando precisamente a las familias que Dios quiere que sean miembros de un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Me entristece en gran manera cuando veo familias separadas porque veo que satanás está logrando su objetivo de dividirnos y sabemos que lo hace para poder después destruirnos. Nunca será lo mismo un cristiano que lucha sólo, por su cuenta, que un cristiano que está unido, arropado, protegido por su familia y por su familia espiritual.
“14 Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.” (1ª de Juan 2:14)
Si estás preocupado por lo que está pasando en el mundo y lo que tus hijos o nietos van a enfrentar, con más razón, ocúpate de asegurarte que la Palabra de Dios permanezca en ellos y estén preparados y equipados para que su fe no falle cuando tú ya no estés para apoyarlos y guiarlos.
Ocúpate de que tus hijos te vean dedicar tiempo a estudiar la Palabra de Dios y a orar todos los días para que ellos también lo hagan. Ocúpate de traer a tus hijos a la casa del Señor cada domingo. Ocúpate de preguntarles qué han aprendido en la escuela dominical o en el sermón. Ocúpate de compartir con ellos lo que Dios te ha revelado.
“ Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; 2 para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. … 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (Deuteronomio 6:1-2, 5-9)
“14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16 asidos de la palabra de vida,” (Filipenses 2:12-16a)