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El mundo en general y, probablemente todos los creyentes antes de ser cristianos, piensa o ha sido enseñado que al obedecer los mandamientos, hacer el bien y asistir al templo cada domingo, es suficiente para asegurar un lugar en el cielo. Pero eso NO es lo que dice Dios en las Sagradas Escrituras:

20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”   (Romanos 3:20)

¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.”      (Romanos 7:7)

10 Porque cualquiera que guardare (i.e. obedeciere) toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.”   (Santiago 2:10)

En el pasaje central hay muchas enseñanzas, pero antes de analizarlo es importante entender que Jesús ES DIOS, es Omnisciente. Así que Jesús ya sabía la condición de esta persona, lo que iba a preguntarle e incluso, cómo terminaría su conversación:

17 Al salir él (i.e. Jesús) para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado (i.e. obedecido) desde mi juventud21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. 28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.” (Marcos 10:17-30) {Cf. Mateo 19; Lucas 18}

  1. Reconoce a Jesús como Maestro y como Quien tiene la Autoridad y la Sabiduría para responder a su pregunta. (se hincó en señal de respeto) (*)
  2. Jesús aclara que jamás, en toda la historia de la humanidad existirá un ser humano a quien Dios considere “suficientemente bueno” para estar en Su Presencia.
  3.  Al preguntar: ¿qué haré para heredar la vida eterna? indica que él sabía que a pesar de obedecer todos los mandamientos y “portarse bien” no sería suficiente, “algo le faltaba hacer” para asegurarse de ir al cielo al morir.
  4. Cuando esta persona dice que ha guardado todos los mandamientos desde su juventud Jesús, en vez de juzgarlo, sintió “compasión” por él. (**)
  5. Después de todo esto, Jesús responde a la pregunta ¿qué haré para heredar la vida eterna? Le dice que aunque haya cumplido todos los mandamientos todos los días de su vida sin fallar nunca (algo que es imposible) Una cosa te falta.
  6. No se debe entender que este hombre lograría la vida eterna al vender sus bienes y repartirlos entre los pobres, sino que al desprenderse de todo ello podría entonces obedecer el llamado de Jesús a tomar su cruz y seguirlo.
  7. La interpretación correcta se lee de esta forma: El hombre pregunta: aparte de obedecer todos los mandamientos cada día de mi vida, ¿qué más tengo que hacer para heredar la vida eterna? Jesús responde: Una cosa te falta… ven, sígueme, tomando tu cruz.

NOTA: Jesús NO está diciendo que no es necesario obedecer los mandamientos, por el contrario, nos recuerda que Dios espera que Sus hijos obedezcamos TODOS Sus mandamientos siempre y Jesús nos dio ejemplo a sus apóstoles y a nosotros de ello. (Mateo 5:17-19)

Finalmente, este hombre tomó la decisión de seguir haciendo su vida como él quería, y se aferró a sus bienes materiales. No aceptó la invitación de Jesús. Ahora, en contraste, veamos la decisión que tomaron Sus apóstoles:

  1. Dejaron TODO… Familia, hogar, comodidades, trabajo…
  2. Siguieron a Jesús sin realmente saber a dónde los llevaba…
  3. A cambio, encontraron una familia aún mayor…
  4. Soportaron las persecuciones y no dejaron de seguir a Jesús…
  5. Aseguraron un lugar en el cielo y la seguridad de la vida eterna.

CONCLUSIÓN

La intención principal de este mensaje es que entendamos que la biblia enseña que una sola decisión determina a qué destino eterno irá cada ser humano después de morir físicamente.

Las lecciones que nos deja el pasaje central son claras y contundentes:

  • Ningún ser humano es “suficientemente bueno” para Dios.
  • El Único que nos puede dar la vida eterna, es Jesús.
  • Nuestro destino eterno depende de a quién decidimos seguir.

34 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su casa. 37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”   (Mateo 10:34-39)

  • Tomar su cruz: Implica estar dispuesto a sufrir lo que sea y lo que cueste por obedecer al llamado de Jesús, incluso, ser rechazado por quienes más amamos.
  • Seguir a Jesús: Es no dudar, sin importar por qué camino nos lleve, obedecerle siempre y nunca dar marcha atrás.

Una decisión… Dos destinos diametralmente opuestos.

Jesús nos ha ofrecido que si lo reconocemos y confesamos como nuestro Dios, Rey, Señor y Salvador, y lo seguimos, nos dará la vida eterna. Y también nos ha advertido que si nos rehusamos a aceptar Su invitación a seguirlo, estaremos condenados para siempre.

18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”   (Juan 3:18)

36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”   (Juan 3:36)

¿Qué decisión tomará usted hoy?

Se irá de aquí “afligido y triste” como el hombre rico sabiendo que no irá al cielo al morir?

O decidirá seguir a Jesús y encontrar el verdadero amor, la verdadera paz y la vida eterna que Él le ofrece hoy?

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